Mi primer contacto con las sevillanas fue, como ya ha quedado dicho, a través de la vieja radio, que nos metía en nuestra casa la música de Los Hermanos Toronjo y después de Los Hermanos Reyes.
Pero fue allá en el año 70 y sucesivos, cuando ya salía con la que hoy es mi mujer, e íbamos a aquellas tan socorridas excursiones domingueras de un día en la playa en autocar, cuando empecé a conocer a Los Romeros de la Puebla. Mientras el autobús avanzaba imperturbable hacia algún destino costero de Cádiz o Huelva, sus ocupantes iban cantando una sevillanas que llamaron poderosamente mi atención,
“Arrecoge” la vela del bote, que el viento ya se fue.
Se acabaron las fiestas, Rocío divino
En llegando al Ajolí, no lo dudo ni un momento
La Virgen del Rocío, tiene la cara
Y que me importa que venga mi alma, la luz del día
Podría seguir, ya que eran muchas las sevillanas que se desgranaban una detrás de otra. Sevillanas que sonaban diferentes. Cuando supe que correspondían al primer LP de un grupo llamado Los Romeros de la Puebla, nació desde mi amor a las sevillanas un río de admiración que todavía no ha encontrado su desembocadura, y que espero que tarde aún muchos años en hacerlo.
Si Sevilla fuera reina, corona no le faltara
Cuando voy por la marisma, me dan ganas de llorar
Ya se van acercando las hermandades
Crecieron como el trigo, los dos chavales
La ribera bonita, del río Guadalquivir.
Todas, absolutamente todas las sevillanas de esos LP sonaban a gloria. Cuando indagué sobre la identidad de aquellos que yo ya había bautizado para mis adentros como los monstruos de las sevillanas, vine en saber que eran cinco hijos de La Puebla del Río que atendían a los nombres de Juan Manuel Moya, Faustino y Manolo Cabello, José Angulo y Juan Díaz.
Los Romeros de la Puebla son mi auténtica debilidad. Que nadie vea en esto una contradicción con lo que llevo escrito hasta ahora sobre las sevillanas. Cada intérprete merece su sitio en la historia, y nadie puede quitárselo. Los Romeros pasarán a la historia como el grupo de sevillanas más prolífico, el más creativo, el de mejores voces conjuntas, y por si todo esto no fuera poco, también serán recordados como el más unido; el único grupo en el mundo que lleva en activo más de 40 años siendo sus actuales componentes los mismos que iniciaron la andadura. Un récord que yo no veré romper y que creo que será difícil que lo vean mis hijos, e incluso mis nietos. Y si algún día llega a romperlo otro grupo musical, no tendrá ni mucho mérito, ya que será exclusivamente porque la esperanza de vida del género humano se habrá multiplicado considerablemente.
Sus caracoles, pregonaba la niña
Por las calles de Sevilla, te busqué y no te encontraba
Suspiros de mujer, que lleva el viento
Ay sevillano que pasas, por vera de la Giralda.
Bajo una encina enterré, un perro de cacería
Los de nuestra generación, los que hemos tenido la suerte de ser contemporáneos de estos monstruos, quizás no somos conscientes de que hemos admirado a un mito, a toda una leyenda, que serán recordados como los mejores del género mientras las sevillanas sigan existiendo.
Aunque son tantas las cosas grandiosas que se han dicho y tantas las que se dirán en lo sucesivo sobre ellos, quiero desde aquí rendirle este pequeño homenaje a estos cinco romeros, que tantas y tantas satisfacciones me han hecho pasar en esta vida mientras los escuchaba.
GRACIAS POR TODO. NO OS RETIREIS NUNCA.
Os dejo el enlace a unas sevillanas realmente preciosas de 1.970
0 comentarios:
Publicar un comentario