domingo, abril 25, 2010

DE TABERNAS, BARES Y LUPANARES(II)

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Esta es la segunda parte de tabernas, bares y lupanares. De los bares tampoco hay mucho que hablar: existían antes y existen ahora. No han cambiado tanto en realidad, salvando el lógico paso del tiempo que hace que se cierren algunos y se vayan abriendo nuevos cada vez más modernos, cada vez con más oferta culinaria y también de bebidas. Desde la Zumbina de mis años de infante, pasando por la Mirinda, las gaseosas como La Casera y La Juncal del Betis y el Sevilla y los sifones y el tinto de casa Peisa, hasta los Kas, Fanta etc. de hoy, sin olvidar claro está a las sempiternas Coca-Cola y Pepsi, que estaban presentes antes y ahora, ni la estrella de los bares en esta nuestra Sevilla, la cerveza Cruzcampo. Pero las tapas de siempre siguen estando ahí: los garbanzos con bacalao, el menudo, los calamares a la riojana, los pescaitos fritos, los pavías. Si acaso se ha perdido en calidad, ya que en muchos bares te ponen artículos congelados que nada tienen que ver con los artesanos de entonces; o si no, díganme dónde se puede encontrar un  buen pavía de bacalao como los de antes hoy en día.   

Son muchos los bares que recuerdo que hoy ya no existen. Desde la referencia taurina por excelencia, Los tres Reyes en la calle Reyes Católicos, que cerró sus puertas hace relativamente poco para dar paso a un local de comida rápida, hasta el Bar Pepito en la misma calle, cerrado en mis años de infancia, y que tenía de extraordinario el hecho de tener una puerta también a la calle Segura por la que los chiquillos cortábamos para no dar la vuelta a la manzana(Los tres Reyes también tenía una salida posterior a la calle Almansa). Pese a ser muy pequeño recuerdo muy bien al propietario, Pepito, un hombre que a mi me parecía muy gordo y es porque sin duda lo era. Tenía un hijo que corriendo el tiempo llegó a ser gran figura en la halterofilia española, Pepe Gordillo.





Estos bares recuerdo que hoy ya no existen aparte de los dos mencionados:

El Parador del Rey, en la calle Arjona

El Bar Rona, en la calle Arjona

El Bar Colón en el Paseo de Colón, donde hoy en día ha cerrado sus puertas la Dorada

El Bar Luis en el Paseo Colón, en el edificio Todogoma

El Bar Ortega en la calle pastor y Landero

Un bar del que no recuerdo el nombre, dentro del mismo mercado de Entradores

El Bar Las Navas del Rey en la calle San Pablo

El Bar San Pablo, en la calle del mismo nombre

El Bar Arsenio en la calle San Eloy

El Bar Canalejas en la calle del mismo nombre

Los Gabrieles en Plaza de Armas



El único bar que existía entonces y sigue existiendo hoy en día, aunque reformado, es el que se llama en la actualidad Bar Reyes Católicos, en esa calle esquina a Trastamara. Antiguamente se llamaba Bar Albufera y recuerdo que fue ahí donde probé mi primer café de bar. Acostumbrado al café casero, mitad café y mitad cebada, me supo a gloria.

No me pregunten Vds. por algunos que son instituciones hoy en día, como El Cairo o Las piletas. No están aqui porque no existían todavía en la época de que hablo. Donde está El Cairo había una tienda de bicicletas y una peluquería de caballeros y donde Las Piletas, si no recuerdo mal, había un almacén de galletas.

Esto es todo sobre los bares. En la próxima entrega hablaré sobre los lupanares. Para los morbosos les diré que no esperen nada subido de tono. Solo hablaré de los locales que en aquella época existían para el deleite carnal, que por mucho que esto fuera una dictadura la profesión más antigua del mundo se ejercía, y no necesariamente en locales escondidos y de mala nota o dudosa reputación, como veremos.
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