martes, diciembre 22, 2009

LOS TBOS

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En aquellos años de tantas penurias a los que me vengo refiriendo, podría parecer que, ya que escaseaba casi todo, era lógico que escasearan también los TBOS, esos cuadernillos que luego más tarde pasaron a denominarse comics, y que hacían entonces y hacen ahora la alegría de chiquillos y no tan chiquillos. Pues bien, nada más lejos de la realidad; los años 50 y 60 fueron años prolíficos en el cómic español, de forma que había excelentes dibujantes que hacían excelentes historietas.

Eran muy celebrados por los chiquillos los TBOS de risa, como solíamos decirles, en contraposición con el TBO más serio o cómic por cuadernillos de entrega semanal. De entre los primeros recuerdo algunas publicaciones como Tiovivo, DDT, Pumby, Pulgarcito y el llamado TBO, que fue el primero de su género y del que tomaron el nombre genérico todos los demás. En sus páginas, personajes que con el tiempo llegaron a ser tremendamente entrañables nos alegraban la existencia: Mortadelo y Filemón, Gordito Relleno, el repórter Tribulete que en todas partes se mete, Petra criada para todo, Don Ángel siseñor, La familia Trapisonda un grupito que es la monda, Doña Urraca, Caramillo, Don Pío, Agamenón, Zipi y Zape, Carpanta con su amigo Protasio, la familia Ulises...

Éstos eran algunos de los personajes que recuerdo de mi más tierna infancia. A ellos se les unieron después personajes hoy tan reconocidos como Angelito, Don Pelmazo, Sir Tim O´theo, Rompetechos, Anacleto, Vázquez, Súper López, Feliciano, Pepe Gotera y Otilio, El botones Sacarino, etc.



De entre los comics más serios, los que venían por cuadernillos de entrega semanal el que más popularidad tenía era el Capitán Trueno, pero había otros muchos, como el Jabato, el Guerrero del Antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín, El Cosaco verde, etc. Representaban dentro de su contenido fantástico una excelente referencia para los chiquillos que los leían, ya que todos estos personajes tenían como denominador común el llevar por bandera la verdad, la honradez, la lealtad, la educación, el valor y todas las virtudes en general. Sin duda a muchos de nuestros jóvenes actuales no les vendría mal atiborrarse de lectura de estos ejemplares.



No cabe duda de que fueron buenos momentos para el cómic. Representaban una diversión barata y al alcance de todos, ya que si no podías comprarte TBOS nuevos, tenías hasta la opción de comprar e incluso cambiar TBOS usados. Esto hoy en día sonará a chino a los jóvenes, pero había gente que se dedicaba exclusivamente a este menester y vivía de ello. En mi barrio era a un entrañable personaje llamado Manuel que tenía su puestecillo en una accesoria de una casa de la calle Adriano frente a la capilla del Baratillo. Me referiré a él cuando pase revista a los personajes ineludibles de mi barrio en aquella época.

Todos estos personajes que he nombrado cobraban vida por obra y arte de excelentes dibujantes que han dejado inscrito su nombre con letras de oro en la historia del cómic español. Ibáñez, Peñarroya, Escobar, Vázquez, Cifré, Conti, Sanchís, Gosset, Segura, Nené, Urda, etc.. Sin duda todos los niños de mi generación guardarán un recuerdo entrañable de todos estos maestros que tantas y tantas horas de humor y ratos agradables nos hicieron pasar

Es por esto que he querido rendir aquí un pequeño homenaje a los TBOS, tal cual los conocíamos en aquella época, y de paso a quienes los hacían posible, los dibujantes con su bagaje de personajes y su tremenda creatividad.

Ya sé que dirán que soy un nostálgico, y muchos dirán que no llevo razón, pero digo a voz llena que yo hoy ya no veo TBOS como los de antes. La creatividad e imaginación hoy en día generalmente brillan por su ausencia, y además, los críos prefieren horribles comics de extraños personajes que hacen cosas rarísimas, como el hombre araña, el hombre murciélago, el que se convierte en un monstruo verde, o robots que hacen cosas extrañísimas.

Cuando uno repasa los TBOS antiguos y se da de bruces con la tremenda sencillez de aquellos dibujantes y su imaginación para sacar una sonrisa al lector, cuando no una franca risa abierta, no puede por menos de pensar que no todo lo que evoluciona lo hace positivamente.
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jueves, diciembre 10, 2009

LAS SEVILLANAS DE HUELVA

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Huelva tiene una especial relación de cariño con las sevillanas. Quizás porque su cante por excelencia, el fandango, es un cante recio, demasiado serio, incluso trágico a veces, es por lo que Huelva se asoma a las sevillanas cuando necesita de un cante alegre.

Pero también en el cante profesional Huelva aporta al mundo de las sevillanas mucho más que cualquier otra ciudad andaluza, menos Sevilla, claro. Es significativo que los primeros en grabar un disco por sevillanas, Los Hermanos Toronjo, eran onubenses, concretamente de Alosno. Huelva y su provincia no han dejado de aportar a lo largo de los últimos 40 años intérpretes de sevillanas que han ayudado a engrandecer el género. Requiebros, Onuba, y más recientemente Manguara, Andares y Lubricán son una buena muestra de ellos, sin olvidar a un grupo histórico como Los Choqueros. Pero por encima de todos, como número uno de esos grupos onubenses intérpretes de sevillanas están sin ningún género de dudas Los Marismeños.



Los Marismeños son(según mi clasificación particular), el quinto grande. Son tantas y tantas las obras maestras que nos han legado que sin duda se han metido por la puerta grande de los mejores en esto de las sevillanas; y eso que no lo han tenido fácil. Los hermanos Alejandre junto con el veterano Emilio Losada han tenido que tirar del carro muchas veces con serías dificultades. Pero nada ha sido capaz de tumbarlos. Ni tan siquiera la desgraciada muerte de Paco Alejandre. Los Marismeños siguen ahí, incombustibles, alegrándonos los corazones año tras año, incluso aunque en alguno de ellos tengan que comerse sus penas mientras cantan. Unos excelentes profesionales.

La historia de una amapola.
Almonteño déjame,
Mi orgullo es ser marismeño.
Sevillanas de Triana.
Que guapa que está Sevilla,
Perdónala,
A mi novia Carmela.
Una oración rociera,
Salta la reja almonteño.
Del color del caramelo.
No vuelvas la cara.
La Toña y la Malena.
Enamorao de ti.
No le tengo envidia a nadie.

Sería inacabable relacionar tantas y tantas sevillanas con que nos han obsequiado Marismeños a lo largo de tantos años. Las hay de todas las temáticas, pero evidentemente destacan las rocieras como es lógico; su nombre ya nos dice que esto tiene que ser así, y su origen también.

(En primer término el desaparecido Paco Alejandre, a quien
la Virgen del Rocío tenga en sus marismas azules).


No soy un amante de las rumbas, pero sería injusto hablar de Los Marismeños sin mencionar que han cultivado con el mismo éxito que el de las sevillanas el arte de las rumbas. También en este capítulo Los Marismeños tienen hecho un hueco privilegiado en la historia.

¡Cuántas veces habrá sonreído la Virgen del Rocío con las sevillanas rocieras de estos amantes de la Virgen! ¡Cuántas cosas tenemos que agradecerles los amantes de las sevillanas a estos excelentes profesionales!

No nos dejéis nunca. Seguid siempre así, aunque el destino os castigue tan duramente como lo hizo al llevarse a Paco a las marismas azules. Estoy seguro de que desde allí, apostado en el pedestal reservado a los más grandes de las sevillanas, os insufla su aliento para que año tras año sigáis fieles a vuestra cita con los amantes del género.


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lunes, noviembre 30, 2009

SEVILLA Y PILATOS

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Una sevillana de Los Romeros de la Puebla dice: “Parece Jerusalem, y sin embargo es Sevilla”. Es cierto que durante una semana Sevilla pasea por sus calles estampas correspondientes a escenas que ocurrieron allá en Jerusalem hace más de 2.000 años, y que en cierto modo quien se impregne de esa esencia que durante toda una semana nos regala estampas de la vida y muerte de Jesús, puede dejarse arrastrar por su propia imaginación y  revivir aquellos momentos históricos casi como un espectador viajero del tiempo. Pero no es de Jesús, ni de su vida, ni tan siquiera directamente de su muerte de lo que quiero escribir hoy aquí, sino del amor de Sevilla por todo aquello que hizo posible la Pasión.

Lo que más me llama la atención es ese cariño que Sevilla profesa a aquellos personajes que hicieron posible la muerte de Jesús. Personajes que en cualquier sitio serían denostados por su mayor o menor grado de participación en la muerte, en Sevilla son elevados a la condición de figuras necesarias de la Pasión, sin cuya existencia y participación Jesús quizás no hubiera muerto, y en ese caso Sevilla no hubiera podido engendrar su Semana Santa.

Sin duda el personaje que goza de mayor fervor popular es Pilatos. Pilatos es el personaje más imprescindible de la Semana Santa, porque pudo salvar a Jesús de la muerte y al no hacerlo no se cargó la Semana grande de Sevilla, pero también porque habiendo podido mandarlo a matar no quería hacerlo, y para demostrarlo se lavó las manos en una palangana, nada más y nada menos. Se lavó las manos en un objeto que andando el tiempo sería de los más significativos de la alfarería sevillana. Pilatos firmó la sentencia, pero no quería, lo cual demuestra que estaba allí por designio divino, y además que era buena gente.

Pilatos tiene una casa en Sevilla. El Palacio de Medinaceli es más conocido como la casa de Pilatos, y esto data del siglo XVI. Desde hace casi 500 años toda esa zona rinde homenaje a Pilatos. Su casa, su plaza, su taberna, y otras alusiones constantemente nos recuerdan en el entorno de calle Aguilas y alrededores que Pilatos es un personaje entrañable allí.

El acervo popular, durante años, le ha dado a esos personajes un papel predominante en la Semana Santa, poniendo su figura delante incluso de la de Jesús al nombrar un paso para identificarlos. Así, hasta hace pocos años, era normal escuchar a la gente decir cuando se acercaba el paso de la Sentencia, “por allí viene ya er Pilato”. E igualmente ocurría con otras cofradías, como la de San Gonzalo, a cuyo paso de Cristo la gente denominaba “er Caifás”. Este protagonismo se ha extendido no solo a personajes sino incluso a animales, como el paso del caballo, al cual llaman así los sevillanos y los trianeros en alusión al paso de Cristo de la Esperanza de Triana(“ya viene er caballo”), o también “los caballos de Santa Catalina”.

Pero sin duda, el culmen de la admiración por Pilatos en particular y por la Roma que dominaba el mundo en tiempos de Jesús, se da en la Macarena. El paso de la sentencia, en el que Pilatos sentencia a muerte a Jesús mientras se lava las manos en una palangana que sostiene un esclavo negro. Contempla la escena su esposa Claudia Prócola. Hay además tres romanos y dos sanedritas, uno de los cuales lee la sentencia mientras la figura de Jesús preside el paso en primera fila justo al lado de quien lee.



Es curioso, como puede observarse en esta foto, cómo la figura de Jesús antiguamente iba en posición totalmente contraria a la actual, o sea, en sentido inverso de la marcha del paso. No sé cuándo se decidió este cambio, pero más que cuándo fue lo que me intriga es el motivo ¿Obedecería este intento de que Jesús tuviera una posición más preponderante y una mejor visión frontal mucho mejor para el pueblo, consecuencia de la mayor popularidad de Pilatos en el paso que la del propio Jesús?

Para culminar toda esta manifestación de cariño hacia lo romano, al paso de la Sentencia lo custodia toda una centuria romana. Una centuria a la que los macarenos consideran un honor poder pertenecer, ya que de hecho es muy difícil acceder a ella.. Todo un símbolo de la cofradía.



Pilatos, un simple prefecto romano que fue enviado por Tiberio a Palestina, un lugar incómodo y seguramente no deseado por nadie, no pudo imaginar mientras lavaba sus manos en aquella jofaina que su acto quedaría grabado en la historia para la eternidad, y que su figura sería recordada por los siglos de los siglos. Pilatos tampoco pudo llegar a imaginar que muy lejos de Palestina, dos milenios después, su figura iba ser ensalzada querida y admirada por toda una ciudad.

Gracias Pilatos, por no habernos privado de nuestra Semana Santa
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martes, noviembre 24, 2009

PEQUEÑAS GRANDES INCOMODIDADES(I)

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Incomodidades en aquella época de los 50 y 60 había muchas. Vistas desde la órbita de alguien de hoy, sin duda eran incomodidades grandes; grandiosas. Vistas desde la perspectiva del que las sufría en aquella época, no eran más que pequeños inconvenientes con los que había que torear a diario. Y esto era así porque no puede echarse de menos lo que no se conoce.

¿Dirán Vds. que a día de hoy no representaría una gran incomodidad despertarse muchas noches a media noche y ver que tienes múltiples ronchas por el cuerpo? Pero en aquellos tiempos la cosa estaba clara; las chinches habían hecho una incursión nocturna y habían encontrado un almacén en el que proveerse de sangre fresca: tu cuerpo.



Muchos jóvenes de hoy en día preguntan muy extrañados qué es una chinche cuando se habla de estas cosas. Evidentemente son insectos erradicados hoy en día de las casas modernas, aunque todavía existen. Desaparecían de día y aparecían durante la noche, motivo por el que era difícil localizarlos. Se escondían en las maderas principalmente. En casas donde las vigas, así como los llamados catres eran de madera, y los colchones de una especie de lana llamada borra donde también se escondían, eran difíciles de combatir.

¿No había pues productos para combatirlas?  Pues si que había, pero no parecían ser muy efectivos. Este aparato que reproduzco a continuación(no se su auténtico nombre) lo llamábamos el aparato del flit. Yo de niño creí que se llamaba así porque al usarlo hacía flischhhhhhh flischhhhhhhhhhh; pero de mayor me enteré que el Flit era una marca de insecticida para todo tipo de bichos incluidas las chinches. Sin embargo nunca hubo Flit en mi casa, pese a que aquello era el aparato del Flit; en mi casa lo que había era Cuchol, otro producto similar que de hecho hoy todavía existe la marca.



Es evidente que en la presencia de bichos de esta índole en las casas tenía que ver no solo la posibilidad de poder esconderse bien en las maderas y demás entresijos, sino también la higiene. Los conceptos de higiene de la época estaban muy por debajo de lo que hoy en día podría considerarse normal. Esto era lógico teniendo en cuenta que no había ni tan siquiera medios. Darse una ducha no era posible, porque las casas carecían de ella, y darse un baño era una operación en la que era necesario calentar agua suficiente para llenar un baño de cinc en el que cabía y no muy bien un chiquillo, pero con dificultad una persona mayor, por lo que no era extraño que los baños se hicieran solo una o dos veces en semana. Por otra parte a las mujeres les representaba un considerable trabajo lavar la ropa en los lebrillos de la época y su correspondiente refregador de madera, por lo que el cambio de muda no solía ser a diario como ocurre hoy en que solamente hay que poner una lavadora.

Si éstos eran los conceptos referentes a la higiene personal, pueden Vds. imaginar cómo eran los referentes a la casa, desde el momento en que las mujeres tenían que limpiar el suelo de rodillas con un cubo y una algofifa(así la llamábamos, aunque su nombre real es aljofifa), y a base de rodilla y muñecas. Los conceptos de higiene eran otros, los medios escasos y en algunos casos inexistentes. Con este panorama es fácil suponer que la limpieza que se llevaba a cabo en aquellas épocas era totalmente insuficiente con respecto a los cánones de hoy en día, pero como ya he dicho antes, no se puede hacer lo que no se conoce. No se puede lavar a lavadora sin lavadora, ni limpiar el suelo con fregona si no existía la fregona, ni usar excelentes productos de limpieza cuando lo que había era Zotal para desinfectar los WC y jabón verde para la ropa. Por no haber ni tan siquiera había WC en todas las casas, siendo lo normal uno común para varios vecinos. Pero de ésta y otras incomodidades de la época hablaré otro día.

Mientras tanto, si Vd. no conoció estos tiempos, pásmese con lo que aquí escribo. Aunque no se lo crea, estas incomodidades no nos amargaban en absoluto la vida; simplemente eran parte de ella.
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viernes, noviembre 20, 2009

EL PUEBLO DE GINES, AMIGOS

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Amigos de Gines es una institución en el mundo de las sevillanas. Uno de los grandes. Los siete magníficos como yo los llamo; porque yo considero(y esto es una apreciación mía nada más) que en el mundo de las sevillanas son 7 los grupos grandes(ya llevo 4 reseñados en este blog) y un solista que se puede unir a ellos en la catalogación de grande de las sevillanas, que no es otro que El Pali. Pero esto ya lo veremos más adelante. Ahora quiero hablar de Amigos de Gines.

Todo el mundo conoce a Amigos de Gines. Es un grupo de sevillanas que se ha dado a conocer a nivel mundial por la calidad y cantidad de sus sevillanas a lo largo de 40 años, pero, y sobre todo, por haber interpretado una sevillana mítica. Quizás la sevillana más conocida allende nuestras fronteras. Evidentemente hablo de la sevillana llamada “el adios”, o para que todos me entiendan, algo se muere en el alma; una sevillana que incluso cantó un Papa, y no solo en su viaje a Sevilla, sino también en otros sitios remotos. Pero lo que quizás no conoce tanta gente es la forma en que nace al mundo este grupo.


 (Amigos de Gines en la actualidad)

En 1.969, gente del pueblo de Gines con la inestimable colaboración del párroco de la localidad, gestaron unas sevillanas preciosas que en el verano de ese mismo año grabaron en un disco. Las sevillanas se llamaban genéricamente “el rosario por sevillanas”, y comprendía 15 sevillanas divididas en grupos de 5 con cada misterio del rosario, a saber, Sevillanas gozosas, Sevillanas dolorosas y Sevillanas gloriosas. Intérpretes: “El pueblo de Gines”, así, tal cual. Porque aquella polifonía que interpretaban estas sevillanas míticas era lo suficientemente representativa de todo el pueblo; por eso adoptó ese nombre. Además, este fue el claro precedente de la fuerte explosión que años más tarde representó la irrupción de los coros en el mundo de las sevillanas.

San Gabriel bajó del cielo, para anunciarle a María.

María llena de gracia, va a visitar a Isabel.

Que pase de mí este cáliz, dijo Cristo en su oración.

Pilatos quiere salvarlo, pero lo manda a azotar

Por la calle la amargura, viene ese manso cordero.

Este es el comienzo de algunas de las sevillanas incluidas en “El rosario por sevillanas”

                                           

En ese disco también venían incluidas cuatro sevillanas, “Cuando penetré en tu ermita”, “Para ser buen rociero”, “Pastor de la marisma” y la mítica “La vuelta del camino”, más conocida popularmente como lloran los pinos del coto. Estas sevillanas las interpretaban tres personas, a saber, Juan Antonio Hurtado, Alfredo Santiago y Luis Baras, quienes al año siguiente junto con Carlos Baras, grabaron el primer disco como Amigos de Gines.

Del rosario por sevillanas poco hay que decir. Son conocidas por buena parte del mundo cristiano, ya que incluso se han interpretado en la plaza de San Pedro de Roma, toda vez que es la única música no religiosa que ha sido reconocida por la Santa Iglesia como apta para serle representativa. Quien no conozca estas sevillanas debería de apurarse por conocerlas, ya que se está perdiendo unas sevillanas preciosas, que además forman parte por derecho propio de la historia. Y para quien arguya que no encuentra el disco original, les informo de que se ha reeditado en cd, y se vende en la iglesia parroquial de Gines.

De Amigos de Gines tampoco puedo decir mucho que no esté dicho ya. Parafraseándolos diré ¿Qué le digo yo a Amigos, que no le haya dicho nadie?”
Es difícil, muy difícil, que un grupo que pasó por varias entradas y salidas de integrantes hasta asentarse con los cuatro definitivos de hoy en día, siga después de 40 años en todo lo alto, y sin haber perdido ni un solo ápice de sus señas de identidad iniciales.

                                               

Comenzaron con muchas sevillanas socialmente reivindicativas,

Caireles de plata fina, señoritos de postín, darse cuenta que al Rocío, no se va “pa” presumir.

Cuando mueren los famosos, “toíto” el mundo lo lamenta, cuantos pobrecitos mueren y nadie los tiene en cuenta.

Rociero de alpargata, tu que pasas inadvertido, sin más compañía que el polvo, del camino del Rocío.

El Rocío. Este es el tema por excelencia al que canta Amigos de Gines. Era totalmente natural, ya que Gines es un pueblo eminentemente rociero. Naturalmente que le han cantado a todo; al amor, a Sevilla, a su pueblo, pero sobre todo al Rocío y a la Virgen rociera. Y seguramente seguirá siendo así por muchos años más.

Este grupo es uno de los grandes. Si no lo conoce lo suficientemente bien, no se lo pierda. Su producción es amplia y buenísima.

Os dejo aqui un enlace a unas sevillanas de sus inicios, una cosa linda de verdad


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martes, noviembre 17, 2009

CAIN Y ABEL. El fútbol en Sevilla

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En esta Sevilla nuestra tan dualista, la máxima expresión de esa dualidad se plasma en la eterna rivalidad entre los dos equipos de la ciudad.

En Sevilla hay que ser de un equipo o de otro. Es más, si alguien en alguna conversación pretende salirse por la tangente diciendo que no le gusta el fútbol o que no es de ninguno, inmediatamente alguien le acosa y le dice…pero alguno te tirará más. Y hasta que el interpelado admite que le tira más uno u otro, parece que la gente no se queda contenta.

Esta rivalidad cainita evidentemente no es nueva. Sólo han cambiado las formas. Y del mismo modo que hace 50 años la gente se peleaba por el Sevilla y el Betis sin que la sangre llegara al río, hoy en día se pelean con sangre, y contra más haya mejor.

Yo hace mucho que dejé de ir al fútbol. ¿Que de qué equipo soy? No viene al caso. Este blog no versa sobre fútbol, y si estoy escribiendo sobre él es simplemente para plasmar aquí lo que recuerdo de aquellos equipos de mi infancia, porque yo tuve la suerte de ver en acción a grandes jugadores de los dos equipos, ya que a los dos campos fui. En un caso, el del Betis, era un vecino quien me llevaba, y en el del Sevilla un tío mío. Supongo que ambos querían ganarme para su causa. El caso es que aún recuerdo la emoción que me embargaba cuando podía ver deambulando por el campo, en carne y hueso, a aquellos futbolistas cuya imagen en estampas almacenaba año tras año e iba pegando en sus correspondientes álbumes. Y encima, tanto Betis como Sevilla disponían de buenos equipos en aquella época de principios de los 60.

El primer campo al que fui fue el Villamarín. Solo era un chiquillo y no recuerdo en general lances de los partidos, ya que a mi me gustaba más seguir a los jugadores e intentar ver su cara para compararlas con las de mis estampas; pero si que tengo grabada en la memoria una escena. El jugador bético Grau fue expulsado por un altercado con un jugador negro del Español de Barcelona llamado Indio. La gente gritaba exaltada mientras Grau se retiraba lanzando toda clase de improperios.



El Betis tenía en aquella época excelentes jugadores. Pepín, Otero, Grau, Rios, Valderas, Portu, Bosch, Lasa, Ansola, Areta, Castaño Kuzman, Senekowitch, Pallarés, Martín Esperanza, Rojas, Paquito. No recuerdo haber llegado a ver a Del Sol ni a Luís.

En el Sánchez Pizjuán tengo también grabada mi escena; una escena de pundonor. Creo recordar que era contra el Levante. El partido iba 0-0 y Achúcarro se marca un gol en propia puerta. Las lágrimas de aquel hombre por haberse marcado un gol a sí mismo me llegaron al alma. Afortunadamente el Sevilla levantó el partido y ganó, me parece recordar que por 3 a 1. Y digo afortunadamente porque yo imaginé que Achúcarro debió de sentirse muy feliz de ver que su autogol no tuvo trascendencia.



También el Sevilla tenía buen equipo, con Mut, Manolín, Santín, Campanal, Valero, Maraver, Ruiz Sosa, Achúcarro, Cardo, Agüero, Diéguez, Antoniet, Loren, Pereda, Szalay. Rivera, Idígoras, De la Torre, Pahuet. Aquí también me dejé en el tintero sin ver a Arza.

Hermosos recuerdos que supongo que hoy en día reviven muchos niños cuando van las primeras veces a un campo de fútbol. Lástima que otros muchos se queden sin ir porque sus padres no se atreven a llevar a su hijo a un sitio donde pueden abrirle la cabeza de una pedrada o un ladrillazo, quemarlo con una bengala, o lanzarle un cohete que le impacte en el pecho. Estos mismos niños, puedan ir o no al fútbol, son los que el día de mañana mantendrán viva la rivalidad entre los dos equipos sevillanos. Esta rivalidad podía ser bonita en vez de violenta, pero mientras desde la cuna los padres les sigan diciendo a sus hijos, incluso antes de que aprendan a hablar, Betis caca o Sevilla caca, el comienzo es malo. Y desgraciadamente los padres no sólo enseñan a sus hijos las frases, sino que hacen que las repitan cuan loros parlanchines ante sus amigos y conocidos, y se ufanan de los pronto que su hijo ha comenzado a denostar al eterno rival.

El fútbol es muy bonito. Disfrútenlo por favor.

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domingo, noviembre 15, 2009

LOS CINES DE INVIERNO

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Hablaba en un escrito anterior de los cines de verano y su importante contribución al solaz y entretenimiento de los sevillanos en las calurosas noches de verano. Pero la industria del cine era mucho más que los de verano. El cine en aquella época fue durante mucho tiempo la diversión más acorde a la que se podía ir en esta nuestra Sevilla. Incluso la gente joven, antes de que fuera posible hacer las famosas fiestas del picú o comenzaran a abrir discotecas donde ir a bailar, tenía que aferrarse al cine para pasar las tardes de los domingos sobre todo, si querías hacer algo fuera de lo normal, ya que lo normal era pasear y si el presupuesto te lo permitía tomarte una cervecilla en algún bar, o comprar algunos pasteles para merendar.

Siendo así que la gente, en especial los matrimonios y parejas de novios no tenía muchos sitios a donde ir y no estaban generalizados los viajes como hoy en día, ni todo el mundo disponía de coches para ir y venir, no es de extrañar que los cines proliferaran. Viejos cines de los que hoy sólo queda en pie el cine Cervantes. Añorados cines que nos traen felices recuerdos a la gente de mi época, ya que no solo servían de diversión, sino incluso de refugio en las largas tardes frías o lluviosas, en especial para las parejas de novios, que entraban en un cine de sesión continua y podían “ver” la película tantas veces como quisieran.

  
                 
(Impresionante edificio Coliseo donde se ubicaba el cine del mismo nombre)

Traigo aquí una relación de los cines que recuerdo. Probablemente me deje alguno atrás, aunque creo que están casi todos, al menos los que yo conocí.
CINE AVENIDA, donde hoy están los multicines del mismo nombre
CINE SAN VICENTE, en la calle San Vicente
CINE TRAJANO, en la calle Trajano. Tenía también entrada por Amor de Dios
CINE CERVANTES, en la calle Amor de Dios. Todavía existe
CINE ALVAREZ QUINTERO, en la calle Laraña
CINE RIALTO, en la plaza Padre Jerónimo de Córdoba
CINE REGINA, en la calle Jerónimo Hernández
CINE BECQUER, en la calle Bécquer
CINE ALCAZAR, en la calle María Auxiliadora
CINE ANDALUCIA, en la Ronda de Capuchinos
CINE VICTORIA, en la calle La Florida
CINE AZUL, en la calle La Florida
CINE FLORIDA, en la calle Recaredo
CINE DELICIAS, en la calle ¿?. Zona Avda. Miraflores-Cruz Roja
CINE JUNCAL, en Ramón y Cajal
CINE GOYA, en la calle Goya
CINE COLISEO, en la Avenida de Queipo de Llano(hoy Constitución)
CINE PATHÉ, en la calle Cuna
CINE LLORENS, en la calle Rioja. Tenía también  entrada por calle Sierpes
CINE PALACIO CENTRAL, en la calle Pedro Caravaca. Tenía dos entradas más, por Sierpes y Velázquez
CINE IMPERIAL, en la calle Sierpes
CINE VILLASIS, en el pasaje Villasís
CINE LOS REMEDIOS, en la calle Asunción
CINE EMPERADOR, en la calle Pagés del Corro
CINE FANTASIO, en la calle Pagés del Corro
CINE ASTORIA, en la calle Castilla. Tenía entrada también por Alfarería
CINE CHAPLIN 1 y 2. En Santa Cecilia, al fina de San Vicente de Paul.. Este cine fue el precursor de los multicines, ya que tenía dos salas
CINE ROCIO Y CINE ESPERANZA. El Rocío en la calle Fabié de Triana y el Esperanza también conocido como el”picaíto” en la calle San Luis en la Macarena. Los pongo juntos porque estos dos cines eran realmente singulares. Reales cines de barrio que parecían la prolongación de las casas de vecinos; un corral de vecinos al que se le había puesto techo, butacas de madera, un telón y unos altavoces, y a proyectar películas. ¿Qué películas? Pues películas procedentes de mil reestrenos, pero era lo de menos. En estos cines, al igual que en los de verano, lo de menos era la película, y lo de más matar el rato divirtiéndose con las mil y una cosas que dentro de ellos pasaban. Dos joyas de aquellos tiempos, que desgraciadamente sólo sobreviven en la memoria de los que los conocimos.


(Desde el punto en que está tomada esta foto y hasta la Campana se podía entrar a tres cines (Llorens, Imperial y Palacio Central)

A todos estos cines ha terminado por erradicarlos de nuestra Sevilla la piqueta especulativa por un lado y la moda de los multicines con pequeñas salas por otra. Seguramente solo será nostalgia, pero desde mi punto de vista no hay color entre aquellos cines y éstos de hoy en día. Salas grandes y amplias donde las primeras filas nunca se llenaban y no estabas obligado a ver la película como si fueras un intérprete de ella y estuvieras dentro del telón, y si de todas formas querías estar seguro de que no te tocaría cerca podías ir a la parte alta en vez de al patio de  butacas, que casi todos los cines la tenían y encima era más barata. Señorío, amplitud, porteros uniformados, acomodadores para acomodar a los retrasados que llegaban con la función empezada.

Si, si. Claro que tenían sus inconvenientes. El sonido era peor, la imagen también y no tenían aire acondicionado. Pero éstos son avances de la técnica. Avances que hubieran lucido muy bien en cines como los de antaño, pero ya no puede ser.

Los que no pudieron vivirlo se lo pierden.
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miércoles, noviembre 11, 2009

LA MUSICA

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A medida que fui abandonando la dorada juventud, mi gusto musical empezó a decantarse única y exclusivamente por nuestras queridas sevillanas. Quizás fue debido a que los nuevos giros musicales que comenzaron a hacer su aparición en la segunda mitad de los 70 no me gustaban ya. Pero hasta ahí si que me había gustado todo tipo de música. Es por ello que quiero desde aquí rendirle un pequeño homenaje a la música de aquellos años 50, 60 y 70.

Como ya he dicho en escritos anteriores, el escaso conocimiento musical que uno podía adquirir en los años 50 emanaba principalmente de la radio. Y la radio de aquella época, con sus espacios de canciones dedicadas, prestaban especialmente atención a la música española, aunque ya en los años 50 cierto movimiento llamado rock había empezado a gestarse en Estados Unidos con  Bill Haley y tenía su más genuino representante en Elvis, aquí en España seguían sonando machaconamente Juanito Valderrama con el emigrante, Antonio Machín con sus angelitos negros, Antonio Molina y su mina, Manolo Escobar con el porompompero , y las baladas de Jorge Sepúlveda y José Guardiola eran moneda de cambio diaria en la radio. Y como no, la copla con sus abanderadas más genuinas a la cabeza, Juanita Reina, Marifé de Triana, etc. Desde allende los mares lo que llegaba era música muy melódica, como por ejemplo la de Nat King Cole que hacía furor con su ansiedad. No obstante, los abanderados del cambio en España y que comenzaron a hacer una música de tendencia moderna ya empezaron a hacer sus pinitos en esta época; más tarde se convertirían en todo un mito de la música española. Me refiero al Dúo Dinámico,



En los años 60 la aparición de los Beatles y la llegada tardía de las canciones de rock comienzan a darle nuevos aires a la música. Al igual que en el resto del mundo, en España explota una nueva corriente musical totalmente distinta a lo usual hasta entonces. Y aunque el régimen siguió bombardeándonos con su habitual ñoñería tanto desde el cine(Marisol, Rocío Dúrcal), como desde la radio y la televisión(Raphael, Conchita Baustista, Los tres sudamericanos, Los cinco Latinos, Karina y Julio Iglesias), el nuevo movimiento da paso a una hornada de músicos que abanderan el cambio con una música más acorde a los tiempos, y de gran calidad. Entre los conjuntos musicales destacan Los Bravos, Los Canarios, Los Sirex, Los Mustang, Los Pekenikes , Los Brincos y Los Relámpagos. Sin duda el gran salto musical lo dieron tan grande cantidad de grupos y con una calidad indiscutible todos ellos.. De entre los solistas Nino Bravo y además comienzan a salir cantautores de innegable calidad y cierto aire de reivindicación de libertades como Serrat o Aute. Desde el extranjero la llegada en oleadas de música de gran calidad es abrumadora. Desde los Beatles a Rollings, Moody Blues, The Mamas & the Papas, Simon y Garfunkel, The Beach Boys, The Bee Gees.



Pero no es solo música ligera de grupo lo que nos da la explosión musical de los 60. Excelentes cantantes europeos llegan también con su bagaje de canciones bajo el brazo, algunos de ellos ya decantándose por la nueva tendencia musical y otros con grandes canciones románticas que fueron inestimables compañeras en las fiestas de picú. Adamo, Aznavour, Celentano, Morandi, Rita Pavone, Mina, Mercuri, Tom Jones o Cliff Richard, así como sudamericanos, Alberto Cortez, Facundo Cabral, Atahualpa completan esta incompleta miscelánea

Serán muchos los que me dejo atrás, como fueron muchos después los que aparecieron ya en los 70, algunos de profunda huella en la música española como José Luis Perales, Mari Trini, Camilo Sesto.

No soy ningún experto musical. De hecho hoy en día apenas escucho música como no sea mis queridas sevillanas. Pero esta música que he reseñado formó parte de un momento de mi vida, y como la recuerdo con mucho agrado, he creído oportuno plasmarla aquí como un pequeño homenaje a todos aquellos que me hicieron pasar buenos ratos en mi juventud.
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martes, noviembre 03, 2009

SEMANA SANTA. La ilusión de los niños

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Una de las cosas que en Sevilla llama poderosamente la atención de los tiernos infantes es, como no podía ser de otra forma, la Semana Santa.

Desde muy pequeños los padres llevan a sus hijos a ver la Semana Santa de Sevilla. Incluso en algunos casos los hacen intervenir como protagonistas por lo que no es extraño ver chiquillos con el chupe, que todavía no pueden ni andar, vestidos de monaguillos o con la túnica de su hermandad. Ningún chiquillo recordará conscientemente esto el día de mañana, pero subconscientemente los padres amantes de la Semana Santa preparan a sus hijos para ser los cofrades del futuro.



Pero aquí hablamos de los tiempos antiguos (de momento). Es evidente que en los años 50 y 60 la mayoría de padres no podían estar por la labor de acometer el gasto que representaba el hecho de que su hijo saliera en la hermandad de sus amores. ¿Quiere eso decir que los chiquillos no intervenían de la Semana Santa al igual que ocurre ahora? En absoluto. Los chiquillos podían ver cuanto menos la hermandad de su barrio el día que saliese. Y esa fugaz visión era suficiente para despertar en la imaginación infantil el amor por la Semana Santa, como bien se demostraba en las múltiples manifestaciones de pasos construidos por chiquillos cuando llegaba el mes de Mayo.

Cerca de mi calle, concretamente por la calle Reyes Católicos, pasaban nada más y nada menos que 5 cofradías, a saber:

La Estrella el Domingo de Ramos

San Gonzalo el Lunes Santo

La Esperanza de Triana el Viernes Santo madrugada.

El Cachorro y la O el Viernes santo tarde.

Es curioso que siendo el de estas cofradías mi primer contacto con la Semana Santa sevillana durante muchos años de mi niñez, terminara haciéndome hermano del Baratillo. Aunque la realidad es que como suele ocurrir en casi todos estos casos, pesa mucho la cuestión familiar. No obstante, es justo reconocer que mi verdadera debilidad era entonces y sigue siendo la Esperanza de Triana, aunque como suele ocurrir en el fútbol desde el momento en que me hice baratillero tuve que declarar fehacientemente que mis Vírgenes eran la Piedad y la Caridad.

La Semana Santa ha cambiado mucho desde entonces. Aunque los de cierta edad pretendamos que cualquier tiempo pasado fue mejor, en nuestra incomparable Semana Santa esto no es cierto. Hoy en día todo es distinto. Desde el mismo gentío, muy superior al de antes, hasta la forma de estacionar las cofradías. Ese colorido, ese andar de los pasos, esa música siempre sonando marchas, ese amor que emana de debajo de los pasos con los hermanos costaleros. Nuestra Semana Mayor ha alcanzado su mayoría de edad, y eso lo nota, y mucho, quien conoció aquella Semana Santa y conoce también ésta.

Y en lo que respecta a los chiquillos (que no lo olvidemos, es la cantera que tiene que seguir alimentando nuestra tradición), la Semana Santa es mejor para ellos también. Hoy el tan cantado “nazareno, dame un caramelo” suele tener su recompensa, al contrario que antiguamente, que para que alguien te diera un caramelo tenía que ser un conocido. Era ciertamente desconsolador para un chiquillo ver pasar toda una cofradía y no recibir ni un triste caramelo. Incluso en el asunto de la cera, recuerdo una noche en que me dediqué a coger cera con un papel de estraza, y un nazareno, que dicho sea de paso debía de ser muy mala persona, con el pretexto de darme cera me quemó el papel, y con él mis ilusiones de hacer una enorme bola de cera como veía que algunos chiquillos tenían.

                             

Pese a estos incidentes, recuerdo que cuando llegaba a mi casa mi imaginación volaba creyendo ser, ora nazareno, ora corneta, ora tambor, y hasta costalero, para lo que me metía debajo de una mesa camilla y la hacía circular por toda la casa marcando el paso de una imaginaria banda que me seguía detrás.

Es curioso que en estos días en que la religión católica pasa por una serie crisis de correligionarios, los amantes de la Semana Santa sabemos que nunca desaparecerá ni aun en el supuesto de que nuestro país se convirtiera en un país ateo, ya que es una tradición entroncada en nuestra ciudad más allá de la religión en si. La Semana Santa en Sevilla es algo único, y mientras los padres sigan alimentando en sus hijos el amor por esta tradición, Sevilla podrá seguir paseando por el mundo esta singular demostración de arte en la calle.
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lunes, noviembre 02, 2009

PROFESIONES Y OCUPACIONES PERDIDAS

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Hablaba en un escrito anterior de los lateros. Los lateros eran los precursores de los actuales fontaneros. Solían tener un taller donde reparaban todo tipo de cacharros metálicos que se les llevara. Baños, palanganas, ollas. Los materiales que se empleaban en aquellos entonces para fabricar estos artilugios no debían de resultar nada buenos, y por efecto del desgaste o del agua caliente terminaban agujereándose. El latero los arreglaba con plomo y un soldador. También arreglaban cañerías del agua en las casas y grifos estropeados.


Ésta es una de las profesiones que dieron paso a una profesionalización especial y terminaron desapareciendo, pero dando paso a otra, con personal más especializado y cambio de nombre incluido.

Dentro de este grupo podríamos incluir a los zapateros remendones,  que están prácticamente desaparecidos, aunque en su lugar han llegado tiendas especializadas que no sólo arreglan zapatos, sino que hacen copias de llaves y prestan otros servicios.
Hay otras profesiones que aunque no desaparecidas totalmente, están en claras vías de extinción; por ejemplo, los tenderos de ultramarinos o los afiladores artesanos.

Éstas son profesiones que han evolucionado, pero hay algunas que existieron y ya hoy no existen. Son ocupaciones que en su mayor parte la tecnología se ha encargado de erradicar de una forma u otra. En la siguiente foto pueden ustedes ver las dos al mismo tiempo: Un latero y un sillero, que arreglaba las sillas de enea, profesión esta última totalmente desparecida



 
ACOMODADOR DE CINE. Desaparecieron totalmente con la llegada de los mini-cines

COBRADOR DE AUTOBÚS Y TRANVÍA. Los viejos cobradores de tranvía pasaron en su mayor parte a ser cobradores de autobuses; pero algún lumbrera se las ingenió para pensar que podían ahorrar un sueldo por cada autobús, y le dieron al conductor la responsablidad de cobrar también a los pasajeros.

                


BOTONES DE BANCO Y COBRADORES. Viejas figuras que hoy ya no existen. A la gente joven les costará creer que antiguamente un cobrador del Banco iba a tu casa a cobrarte las letras, y que  compañías como por ejemplo Sevillana tenía a cobradores por la calle que iban cobrando los recibos.

VENTA DE PALODUZ. Ésta era una ocupación curiosa. Había gente que recogía esta raíz en los campos e iba a venderlas a las puertas de los colegios.  

SILLERO. La mayoría de las sillas en aquella época eran de nea, y la nea trenzada con que estaba recubierto el asiento tarde o temprano terminaba agujereándose. El sillero era una figura bastante peculiar, con un hato a la espalda en el que llevaba grandes tiras de nea que le sobresalían  por la cabeza, mientras pregonaba para que las vecinas oyeran su llegada.


PARAGÜERO. Otra figura bastante característica, que como su propio nombre indica se dedicaba a arreglar paraguas. Iba también de calle en calle pregonando. A la gente de hoy en día le sonará a chino que se arreglaban los paraguas cuando hoy vienen tantos paraguas de la China y esos lugares por dos perras gordas, pero antes no había mucho dinero y no era cuestión de tirar nada que pudiera servir con un  arreglo.

VARILLERO. Eran empleados municipales, y los vecinos los llamaban cuando las pozas (precursoras de las actuales arquetas en las casas) se atascaban. Llegaban con unas largas varas de distintos grosores que iban enroscando una sobre otra a medida que detectaban que para llegar al atasco les hacía falta más longitud. Una ocupación un poco desagradable, ya que es inenarrable el hedor que despedían aquellas pozas al ser destapadas.

EL TÍO DEL PIANILLO. Realmente eran dos, ya que mientras uno tocaba el otro pasaba el platillo para recoger algunas pelas entre los viandantes o los que se pararan a escuchar las normalmente desafinadas notas que salían de aquel armatoste grandioso que llevaba unas ruedas para poder moverlo bien, y que nunca supe qué llevaba por dentro, pero para que funcionara bastaba con que una le fuera dando vueltas a una manivelilla pequeña. Aunque están totalmente desaparecidos los pianillos son de alguna manera los precursores de los músicos callejeros que hoy se encuentran en cualquier ciudad.


Éstas son algunas de las profesiones u ocupaciones de las que me acuerdo y que hoy en día ya no existen. Seguro que hay más. Porque hoy en día no se trabaja igual que antes ni en el campo, ni en la industria, ni en el comercio, ni en los servicios. Todo ha cambiado tanto que si un observador viera el ejercicio de dos profesiones iguales en aquellos tiempos y en el actual (suponiendo que en el actual siga existiendo), sin duda diría que se tratan de profesiones distintas.
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