lunes, mayo 30, 2011

SE PERDIERON TANTAS COSAS (VI)

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LOS BILLARES.- En tiempos en que los entretenimientos tenían que ser castos y preferentemente deportivos, los billares proliferaban en Sevilla. Aunque se les llamaba billares, la verdad era que además del billar solían practicarse en ellos otros juegos, como el ping pong, el billar americano o chapolín, los futbolines y las máquinas de petaco, hoy en día llamadas flippers.

De entre todos los billares, el más concurrido por los chiquillos e imberbes era “Billares Sevilla”, que se encontraba en la calle O´donnel. En él podía jugarse a todos los juegos citados, e incluso en su planta alta se podía jugar al ajedrez, dominó y otros juegos de mesa.

Reseñar que era habitual la concurrencia en estos sitios de niños aventajados, que constantemente ofrecían un pierde-paga, que no era otra cosa que echarse un futbolín y  el que perdiera lógicamente pagaba. Esto les permitía jugar mucho al día ya que solían ser buenos y era difícil ganarles.

En plena calle Sierpes estaba el famoso Café Madrid, cuya especialidad era el chapolín. Estaba frente a la fachada del Círculo de Labradores, casi inmediatamente después de pasar Deportes Z en dirección a la Campana. Era un local muy grande, más largo que ancho, y eso que ancho era mucho. Se entraba y a la derecha estaba la barra del bar y toda esa zona era dedicada a mesas del bar. Al fondo estaban los chapolines y algún billar. Me parece recordar que también podía jugarse ping pong, pero nada más.

Éspléndida foto de los años 60, en la que se puede apreciarse un letrero de Coca-cola del Café Madrid. En frente, la famosa tienda de zapatos Segarra.

También recuerdo otros billares más pequeños, como “El Cañaveral” en la calle San Jacinto, otro que había también en San Jacinto esquina a Rodrigo de Triana, y otro en la calle Alfonso XII esquina a Gravina (éste era muy pequeño y sólo había futbolines)


LA PESETA.- ¿Qué decir de nuestra hoy añorada peseta? No hace tanto que desapareció, por tanto no puedo hablar de ella como algo antiguo; pero si que puedo hablar de su moneda fraccionaria, al menos la que yo conocí.

Cuando yo era un chiquillo y era capaz de manejar dinero para ir a comprar un cartuchito de pipas o cualquier otra chuchería, todavía existía “la chica”, que no era otra cosa que el nombre popular de la moneda de 5 céntimos, en contraposición a “la gorda” o moneda de 10 céntimos. De éstas se pasaba al real, que era una moneda grande, aproximadamente como los dos euros de hoy día, con un agujero en el centro. La verdad es que debía de ser una moneda en retirada porque no se veían muchas, aunque eran totalmente de curso legal.


A continuación venían los dos reales, que era una moneda también con agujero en el centro pero más pequeña que el real. De aquí se pasaba ya a la popularmente conocida como “rubia” por su color dorado, que no era otra cosa que 1 peseta. Y ya se entraba en “el duro” (moneda de 5 pesetas), y a continuación los 5 y 10 duros. Bastante más tarde se acuñaron monedas de veinte duros, grandes y doradas, y ya por último unas pequeñitas plateadas que eran de 200 pesetas, e incluso llegó a haber una grandota de 500 ya en los últimos tiempos.

Ésta la moneda de real a la que me refiero más arriba

Bueno, pues esas mismas personas de cierta edad que hoy se lían con la moneda fraccionaria del euro, lidiaron en su niñez y juventud con moneda fraccionaria de la peseta, por lo que no es entendible que tarden tanto en pillar lo del euro. A menos que…¡ay, maldita edad!
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jueves, mayo 12, 2011

CON LA COLABORACION ESPECIAL DE (Y IX)

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ROMERITO.- DESDE MI CELDA. Algunos intérpretes se hacen famosos por una sola sevillana. Este es el caso.




MANUEL LINARES. – LO QUE AGUANTO YO CONTIGO. Algo parecido a lo anterior.

JUAN MANUEL DE SOTO.- Sevillanas preciosas dedicadas al amor sobre todo. Hay una que me parece algo grandioso, poesía pura con aires lorquianos en algunos pasajes. Se llama “Al galope nos perdimos”, y si no la escucha es porque no quiere, porque en Youtube mismo puede encontrarla.




LAS CARLOTAS.- Personalmente no son muy de mi agrado, pero tienen su público que las adora, y triunfan, por tanto, algo están haciendo muy bien.


SOLES.- Grupo femenino al que se le puede aplicar lo de Las Carlotas. Claro que es mi opinión nada más.

LAS NIÑAS DE LA MANOLA.- Otro grupo femenino que tuvo su momento de auge junto con el de las sevillanas, y que luego se apagó.

BORDON 4.- Una buena producción de sevillanas que merece la pena escuchar.


ISABEL FAYOS.- Sensibilidad a flor de piel en la voz de esta mujer puesta al servicio de las sevillanas. Le canta al amor como nadie. Escúchela.







MARÍA DEL MONTE.- En el Horno de Curro en San José ví cantar por primera vez a María, allá por los principios de los 80. Que iba a triunfar estaba claro nada más oírla. María ha hecho apariciones en las sevillanas, algunas muy sonadas con grandes éxitos como Cántame, pero a mi personalmente no me termina de gustar María en las sevillanas, y mucho menos me gusta el tan pomposo como inmerecido título de reina de las sevillanas que algunos pretendidos entendidos le han adjudicado. No obstante debo de reconocer que ha aportado cosas muy interesantes, y por tanto tiene que estar aquí.


ONUBA.- Grupo onubense que hace su aparición en el año 86 y del que no soy especial conocedor, pese a que han hecho cosas muy bonitas con un estilo muy personal. (No se puede estar en todo). De cualquier forma, recuerdo que su aparición fue rutilante y que sus primeros años fueron de mucho éxito.



BAYUNCO Y SAL- Los grandes precursores de los coros rocieros (salvando, claro está, la grabación en 1.969 del Pueblo de Gines que ustedes ya conocen). Este numeroso grupo del pueblo de Pilas tuvo un gran éxito al principio de los 80, con sevillanas desenfadadas y muy bailables que hicieron las delicias de los aficionados bullangueros especialmente.

COROS.- No tengo en absoluto conocimiento de los coros, salvo de algunos más conocidos. Sin duda representan una nueva dimensión dentro del mundo de las sevillanas, pero a mi no me han llamado la atención especialmente. Mención especial merecen Raya Real y los coros de la Hermandad de Sevilla y de Coria.

Hasta aquí la semblanza correspondiente a los intérpretes. Ya sé que echarán en falta a algunos, probablemente a muchos, pero no es mi intención escribir una historia de las sevillanas. Sólo he escrito sobre lo que no conozco. Si no he nombrado a algunos es probable que no los conozca o seguramente los conoceré muy poco. Algunos de los más nuevos irán en mi siguiente escrito sobre las sevillanas que titularé “La nueva hornada”. Con respecto a  los antiguos que me haya dejado atrás, pido disculpas si alguien se molesta.

No pretendo ser un conocedor de las sevillanas más allá de mi entusiasmo de gran aficionado a ellas. Además, hay otras cosas: por un lado las ocupaciones habituales que hacen que uno no pueda abarcar todo en un mundo que ha experimentado un crecimiento tan grandioso en las tres últimas décadas, y por último la edad misma. A veces, yo mismo me asombro de la gran cantidad de sevillanas que soy capaz de cantar si tuviera que hacerlo, pero el 95% de ellas corresponden al periodo comprendido entre 1.960-1.992. Vds. se preguntarán por qué a partir de entonces dejé de interesarme por seguir acumulando conocimientos, pero el caso es que, por un lado las sevillanas se masificaron y esto hacía imposible un buen seguimiento, por otro la masificación trajo en muchas ocasiones descenso de la calidad, y por último está la cuestión personal; uno no puede asimilar la misma cantidad de información con 20 años que con 50.

Así que me anclé en el pasado. Decidí que en vez de aprender sobre lo nuevo me quedaba aun mucho que aprender sobre lo antiguo, que realmente es lo que me gusta y me apasiona. Y así, aún hoy me sorprendo a mi mismo ante mi alegría al escuchar una sevillana de Los Toronjo, Los de la Trocha o Los Choqueros que no lograba encontrar, especialmente cuando he invertido mucho tiempo buscándola; o sencillamente volviendo a escuchar la gran cantidad de grandiosas sevillanas que nos han legado todos los artistas que aquí he dejado reseñados. Esta satisfacción de la que hablo no tiene comparación con la que me pueda proporcionar las sevillanas de nueva hornada.

Nadie piense que termino aquí mis escritos sobre las sevillanas. Queda tela marinera.
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viernes, mayo 06, 2011

CON LA COLABORACION ESPECIAL DE (VIII)

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MANUEL ORTA.- La representación de un pueblo tan señero en nuestra provincia como Los Palacios y Villafranca vino de la mano de Manuel Orta hace ya al menos 20 años (su primer disco creo que data de 1988).

Tengo por aquí algún disco del Manuel Orta de los primeros tiempos, y si tengo que decir la verdad me he equivocado con Orta, y en realidad lo celebro. Y me he equivocado porque pensé que un hombre de un estilo tan personal iba a resultar con el tiempo cansino a los oídos de los aficionados, tal y como creo que le pasó por ejemplo a Rafael del Estad. Pero está claro que Orta ha sabido reinventarse continuamente y luchar contra la cansina repetición y esto no se consigue de otra forma que dándole al público algo muy fuerte, muy sentido, lo suficientemente intenso como para que la gente cada año espere su disco con ilusión.


En algún momento de su carrera Orta decidió que las sevillanas de corte social eran un filón que él podría explotar con su excepcional voz, y funcionó. Sus discos más escuchados y más vendidos a lo largo de su carrera han sido aquellos en que cantándole al abuelo, al niño, a los padres separados y a temas similares ha tocado la fibra sensible de tantos aficionados/as a los que gusta este tipo de sevillanas.

Pero una semblanza de Orta sería incompleta si lo dejáramos aquí. Porque Orta lleva en esto del cante mucho más tiempo de estos 23 años en que empezó a ser conocido por sus sevillanas. En su pueblo natal y siendo muy niño ya ganó un concurso de cante flamenco, y desde entonces su profesión ha sido el cante, alternando el flamenco con las sevillanas durante un buen tiempo (sevillanas a través de un grupo que el mismo creó llamado “Los ruiseñores de los Palacios”).

Por lo tanto, lo que sí queda bien claro es que Manuel Orta es todo un profesional de nuestro cante, y también que algo debe de estar haciendo muy bien cuando está en todo lo alto todos los años, aunque a mi personalmente no me llene del todo.





ROMERO SAN JUAN.- Ahora que ya se me van terminando los intérpretes más conocidos por mi, quiero dedicarle en breve un escrito, somero desde luego, a autores y compositores.

He dudado algo sobre si incluir a Romero San Juan como intérprete o como autor, pero al final creo que su producción al cante ha sido lo suficientemente significativa como para figurar en este apartado, y además no cabe ninguna duda de que si Romero San Juan es conocido del gran público lo es más por sus grabaciones que por sus composiciones.

Rafael Hornero Romero de la Osa nos dejó en 2.005, a los 56 años. Su prematura muerte sólo ha hecho engrandecer su figura, legendaria ya en el mundo de las sevillanas. Sus composiciones, bien interpretadas por él mismo o por otros grupos, son el santo y seña de un estilo diferente y grandioso, de una forma de componer sevillanas totalmente distinta y totalmente genial.


Cuéntame, creó Andalucía, Poderío, Ay carretero, Alba del Alba, Con ella, Jugamos al amor, La promesa, Creo en el Rocío, Arrímate, son algunas de sus sevillanas más conocidas; pero también nos ha legado otro tipo de composiciones, siendo sin duda la más popular “Sevilla tiene un color especial” que popularizó Los del Río, amén de sevillanas compuestas por él pero interpretadas por otros grupos, siendo sin duda entre éstas “Pasa la vida” la más genial.

Romero San Juan apareció por el mundo de las sevillanas allá en la década de los 80, contribuyendo con su gran talento a gestar el enorme boom de las sevillanas en aquella década. Hoy en día, Romero San Juan es considerado todo un mito en el mundo de las sevillanas; y todos, absolutamente todos los aficionados al género sin excepción, llevan en un trocito de su corazón a este hombre tan peculiar con sus características gafas y su sombrero.

Nos dejó pronto, pero nos hizo partícipes de un legado grandioso: su obra. Me extrañaría que vd. no lo haya oído nunca, querido visitante, pero por si acaso no eres de aquí (como le decía Risitas a Quintero) no te lo pierdas. Este hombre es leyenda en el mundo de las sevillanas.





LOS DEL RIO.- Ampliamente conocidos por su larga trayectoria musical, los nazarenos Antonio y Rafael han hecho incursiones en el mundo de las sevillanas, siendo sus éxitos más sonados “Sevilla es la gloria de los cielos” y “Déjala que se vaya”. Pero su gran aportación ha consistido en numerosos discos recopilatorios de sevillanas antiguas, que representan en algunos casos un excelente rescate de sevillanas que de otra forma hubiera sido difícil escuchar ya que algunas están descatalogadas y son muy difíciles de encontrar.


Antonio y Rafael le deben mucho a una muchacha de nombre Macarena, gracias a la cual se hicieron mundialmente famosos, pero a mi cuando de verdad me gustan es cuando se asoman a nuestras queridas sevillanas.





CAMARON DE LA ISLA.- ¡Vaya! ¿Qué tenemos aquí? Esto si que fue una bofetada sin manos a los puristas del flamenco que tanto y tanto denostaron a las sevillanas, sólo porque ganaban en popularidad a pasos agigantados frente al estancamiento del flamenco.

El más grande entre los grandes, el que ya era un mito en vida y se convirtió en leyenda después de su prematura muerte, incluye en su repertorio las sevillanas y encima acepta participar en la película de Saura.



Ni que decir tiene que la irrupción de Camarón en el mundo de las sevillanas representa el espaldarazo definitivo de los intérpretes de cante jondo a las sevillanas. La altura de cante que muchos críticos y aficionados querían negar a las sevillanas tildándolas de cante chico y tratándolas como apestadas que contra más lejos estuvieran del que ellos denominan cante grande, mejor, vinieron por el contrario a avalarla los propios intérpretes incluyéndolas entre sus cantes.

Camarón, que fue el gran innovador del flamenco,  manifestaba en sus principios que aunque la gran mayoría de aficionados no entendían la novedad de sus cantes él perseveraría en ellos sin importarle las opiniones contrarias, ya que sabía que estaba en posesión de la verdad. Igualmente, cuando decidió cantar sevillanas volvió, al igual que en el inicio de su carrera, a hacer oídos sordos ante los detractores, y a darle a las sevillanas la carta de naturaleza que aun le faltaba: la del más grande, el mejor entre los mejores.




En mi próximo escrito sobre sevillanas terminaré esta serie titulada “Con la colaboración especial de” . En él pienso hacer expresa mención a intérpretes a los que conozco muy poco, pero de los que no tengo más remedio que hacer reseña, ya que al menos una cosa grandiosa, una genialidad (cuando no muchas), aportaron y/o siguen aportando al mundo de las sevillanas.
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domingo, mayo 01, 2011

SE PERDIERON TANTAS COSAS (V)

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LOS TRIQUITRAQUES.- No sé si existen hoy en día o simplemente los potentes petardos actuales han dejado obsoleto a esta simple entretenimiento de chiquillos que consistía en una tira de cartón que llevaba incorporados pequeños pegotones de algo que al pasarlo por una superficie dura como el suelo, chisporroteaba y hacía un sonido característico hasta que se apagaba.



EL SIDECAR.- Espléndido invento que permitía a un motorista llevar a alguien, normalmente su novia o mujer, sin exponerla a los peligros de una caída. El sidecar era algo tremendamente práctico y encima le daba a las motos una mayor estabilidad, por ello me sorprende que hayan desaparecido totalmente. Supongo que el motivo debe ser razones de seguridad, pero no alcanzo a entender que el ir en sidecar pueda ser más inseguro que el ir de paquete.



LAS LECHERÍAS.- El uso de las botellas de plástico primero y del tetra brick después, unido a la facilidad de distribución propiciada por las grandes superficies, hicieron desaparecer a estas antiguas lecherías, de las que me quedan como recuerdo su inconfundible olor cuando se entraba en ellas, así como aquellas grandes cántaras de aluminio que se usaban para almacenarla y también para repartirla, ya que había vendedores ambulantes que la vendían.

Aunque el recuerdo sea bonito, no cabe duda de que en este aspecto se ha ganado mucho en el terreno de la salud, ya que la venta de aquella leche podía dar lugar a innumerables problemas, siendo el más común la hoy prácticamente desaparecida calentura malta, que se contraía por beber leche contaminada y que incluso podía ser mortal.


LA URBANIDAD.- ¿Qué decir de esta cualidad del ser humano hoy casi desparecida? Los mayores ya casi no se acuerdan de que un día se enseñaba en los colegios y los jóvenes ni siquiera la han conocido porque nadie se la ha querido enseñar, ya que al parecer la urbanidad va en contra de ser “progre”.



¿Verá Vd. hoy en día en un autobús decirle una madre a su hijo que se levante y ceda el asiento al anciano/a o mujer embarazada que va de pie? ¿Verá Vd. a alguien ayudar a un anciano/a a cruzar la calle o tener la paciencia de acompañar a un invidente que ande algo desorientado?

No hace falta que me conteste. La urbanidad es hoy un valor perdido, una antigualla. Es mejor ser progre, y ya se sabe que para ser un buen progre es mejor ser maleducado e ignorar totalmente que algo llamado urbanidad existió en otros tiempos.

En fin, lo dejamos aquí por hoy. Pero como decía un buen amigo mío, "más "palante" hay más" .
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