lunes, noviembre 02, 2009

PROFESIONES Y OCUPACIONES PERDIDAS

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Hablaba en un escrito anterior de los lateros. Los lateros eran los precursores de los actuales fontaneros. Solían tener un taller donde reparaban todo tipo de cacharros metálicos que se les llevara. Baños, palanganas, ollas. Los materiales que se empleaban en aquellos entonces para fabricar estos artilugios no debían de resultar nada buenos, y por efecto del desgaste o del agua caliente terminaban agujereándose. El latero los arreglaba con plomo y un soldador. También arreglaban cañerías del agua en las casas y grifos estropeados.


Ésta es una de las profesiones que dieron paso a una profesionalización especial y terminaron desapareciendo, pero dando paso a otra, con personal más especializado y cambio de nombre incluido.

Dentro de este grupo podríamos incluir a los zapateros remendones,  que están prácticamente desaparecidos, aunque en su lugar han llegado tiendas especializadas que no sólo arreglan zapatos, sino que hacen copias de llaves y prestan otros servicios.
Hay otras profesiones que aunque no desaparecidas totalmente, están en claras vías de extinción; por ejemplo, los tenderos de ultramarinos o los afiladores artesanos.

Éstas son profesiones que han evolucionado, pero hay algunas que existieron y ya hoy no existen. Son ocupaciones que en su mayor parte la tecnología se ha encargado de erradicar de una forma u otra. En la siguiente foto pueden ustedes ver las dos al mismo tiempo: Un latero y un sillero, que arreglaba las sillas de enea, profesión esta última totalmente desparecida



 
ACOMODADOR DE CINE. Desaparecieron totalmente con la llegada de los mini-cines

COBRADOR DE AUTOBÚS Y TRANVÍA. Los viejos cobradores de tranvía pasaron en su mayor parte a ser cobradores de autobuses; pero algún lumbrera se las ingenió para pensar que podían ahorrar un sueldo por cada autobús, y le dieron al conductor la responsablidad de cobrar también a los pasajeros.

                


BOTONES DE BANCO Y COBRADORES. Viejas figuras que hoy ya no existen. A la gente joven les costará creer que antiguamente un cobrador del Banco iba a tu casa a cobrarte las letras, y que  compañías como por ejemplo Sevillana tenía a cobradores por la calle que iban cobrando los recibos.

VENTA DE PALODUZ. Ésta era una ocupación curiosa. Había gente que recogía esta raíz en los campos e iba a venderlas a las puertas de los colegios.  

SILLERO. La mayoría de las sillas en aquella época eran de nea, y la nea trenzada con que estaba recubierto el asiento tarde o temprano terminaba agujereándose. El sillero era una figura bastante peculiar, con un hato a la espalda en el que llevaba grandes tiras de nea que le sobresalían  por la cabeza, mientras pregonaba para que las vecinas oyeran su llegada.


PARAGÜERO. Otra figura bastante característica, que como su propio nombre indica se dedicaba a arreglar paraguas. Iba también de calle en calle pregonando. A la gente de hoy en día le sonará a chino que se arreglaban los paraguas cuando hoy vienen tantos paraguas de la China y esos lugares por dos perras gordas, pero antes no había mucho dinero y no era cuestión de tirar nada que pudiera servir con un  arreglo.

VARILLERO. Eran empleados municipales, y los vecinos los llamaban cuando las pozas (precursoras de las actuales arquetas en las casas) se atascaban. Llegaban con unas largas varas de distintos grosores que iban enroscando una sobre otra a medida que detectaban que para llegar al atasco les hacía falta más longitud. Una ocupación un poco desagradable, ya que es inenarrable el hedor que despedían aquellas pozas al ser destapadas.

EL TÍO DEL PIANILLO. Realmente eran dos, ya que mientras uno tocaba el otro pasaba el platillo para recoger algunas pelas entre los viandantes o los que se pararan a escuchar las normalmente desafinadas notas que salían de aquel armatoste grandioso que llevaba unas ruedas para poder moverlo bien, y que nunca supe qué llevaba por dentro, pero para que funcionara bastaba con que una le fuera dando vueltas a una manivelilla pequeña. Aunque están totalmente desaparecidos los pianillos son de alguna manera los precursores de los músicos callejeros que hoy se encuentran en cualquier ciudad.


Éstas son algunas de las profesiones u ocupaciones de las que me acuerdo y que hoy en día ya no existen. Seguro que hay más. Porque hoy en día no se trabaja igual que antes ni en el campo, ni en la industria, ni en el comercio, ni en los servicios. Todo ha cambiado tanto que si un observador viera el ejercicio de dos profesiones iguales en aquellos tiempos y en el actual (suponiendo que en el actual siga existiendo), sin duda diría que se tratan de profesiones distintas.

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