viernes, octubre 23, 2009

LA RADIO

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Aunque la radio, con la aparición de la televisión, sufrió un serio varapalo que la tuvo en jaque durante algún tiempo, ha vuelto desde hace años a renacer buscando nuevas ideas y nuevas formas de emisión, de manera que actualmente es un medio alternativo a la televisión y a la prensa escrita y digital, que mucha gente estima y escucha.

Pero si la labor de la radio hoy en día es estimada y valorada por muchos, en los años 50-60 era poco menos que adorada por todos, ya que representaba el único medio de estar informados y saber qué pasaba, ya que el otro medio alternativo, la prensa escrita, no era apto para todos los bolsillos.

Vista desde la perspectiva de hoy la radio de aquella época era una auténtica atrocidad. Desde el famoso "parte" (así llamaban al informativo que estaban obligados a dar todas las radios nacionales) hasta los programas melodramáticos como "Operación Plus Ultra" o "Ustedes son formidables", eran programas horrendos, que no obstante hacian las delicias de todos, ya que eran el único medio de  pasar las horas muertas, entretenerse y estar informado, aunque esta información  fuera radiada desde el régimen.

Y para los chiquillos, la radio era algo mágico. De aquella caja salían desde canciones de Joselito que tanto gustaban a los niños y de Farina diciéndonos que le habían matado, por robarle, a su pobre perro Lucero, hasta horribles cuentos que supongo harían las delicias de los más peques, como el de la ratita que barría su casita (lalalara larita, barro mi casita) y rechazaba uno tras otro a los distintos pretendientes porque todos querían usar sus cuerdas vocales por la noche mientras dormían, hasta que llegaba el simpático ratoncito que prometía que por las noches no haría otra cosa que dormir y callar.


La radio también tenía sus propios fenómenos sociales, tal como hoy en día lo es Gran Hermano por ejemplo. Hablo de las novelas. Especialmente una hizo raya en la época; se llamaba Ama Rosa, y era una novela por entregas, o sea, cada día un capítulo, el cual daban por la tarde. En aquella maravilla de vida social que representaban las casas de vecinos, en las que las puertas de la gente estaban por regla general abiertas, y siendo un chiquillo podías entrar y salir como Perico por su casa en casas ajenas si tenías la suficiente confianza, o si no la tenías podías cuando menos atisbar a través de la puerta abierta lo que pasaba dentro, yo veía como todas las mujeres, a esa hora de la tarde, ponían su radio para escuchar Ama Rosa mientras se afanaban fregando, o cosiendo o limpiando sus casas.

Más tarde otro tipo de programas venían a hacer nuestras delicias. Recuerdo con especial agrado uno que se llamaba "El criminal nunca gana", y para los chiquillos, cómo no, el famoso "Matilde, Perico y Periquin"

Y por las noches, esas largas noches de invierno en las que la gente se iba a dormir pronto, antes de coger el sueño se ponía la bendita radio, desde la cual Alberto Oliveras nos llamaba a ser formidables, o Pepe Iglesias "el zorro" nos deleitaba con sus increibles imitaciones y sus personajes de ficción.

Si a algún joven de hoy en día lo retrotrayeran a aquella época y escuchara la radio, pensaría que menudo bodrio se tragaban los oyentes. Pero es que no había mucho más que oir. Y observada desde el transcurso del tiempo, que podría haberla dejado muy mal parada, resulta que para los que vivimos con ella, aquella radio  representa algo maravilloso y mágico a la que agradecemos tantos momentos de placer como nos proporcionó.  

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