jueves, octubre 30, 2014

SEVILLANAS ANTOLÓGICAS (XXIII)

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Aprovecho este último post correspondiente al venturoso año 1,981 para dejar constancia de que el pasado sábado día 24 tuvo lugar la tercera reunión de Los amigos de la Pañoleta, grupo que, como ya expuse allá por Mayo de este año, nació después de una primera reunión pequeña en cuanto a concurrentes pero grande en emociones.


Nuestro grupo crece, y a esta tercera reunión han asistido más de 40 personas. Entre los asistentes estaban nuestro buen amigo Antonio Ferrer, de Los maravilla, el grupo Los de Sevilla, Enrique Niza y los no, por ya habituales, menos importantes  Marisma. Agradezco desde aquí a todos su asistencia desinteresada, sin más ánimo que el de honrar a nuestras hoy maltrechas sevillanas con su presencia e interpretaciones; personajes que fueron y/o son parte importante de su historia. Por supuesto, también mis agradecimiento y felicitaciones al resto de asistentes, grandes aficionados que recuerdan que nuestras sevillanas son algo inmortal, por mucho que ahora pueda parecer que pasan un momento poco saludable, y que incluso se meten una "pechá" de kilómetros entre pecho y espalda para asistir, como es el caso nuevamente de nuestro amigo Vadillo desde Málaga y especialmente el de Juan Aguilera y señora quienes procedentes de Mallorca estaban de vacaciones en Galicia y se desviaron de su viaje para estar con nosotros.

Aquí les dejo una breve pincelada de lo que fue nuestra reunión.

               

Vamos ya con este último tramo del año 1,981 en el que como ya les anuncié Los romeros de la Puebla va a ser el grupo estrella, y ésto es porque su año 1.981 fue magnífico como ustedes podrán ver, aunque ésto no sea más que el comienzo de una época gloriosa también para ellos: la prodigiosa década de los 80.


VAMOS A BEBER.- Primera sevillana del disco. El enaltecimiento del vino es el motivo de esta sevillana tan bonita que anima a beber una y otra vez. Paulino González en la letra y Moya en la música nos marcan las cualidades de este maravilloso elixir que alegra nuestras penas. Sevillana que sonó profusamente en la feria de 1.981.



¿Qué tiene el vino, que alegra las penas mías? Pues si se acompaña con un buen jamón, los lagrimones que se le saltan a uno son inenarrables.


TUS OJOS VERDES.- Y del vino pasamos al amor, o casi mejor diríamos a la admiración por la mujer, que aunque sea un tema comprendido dentro de las sevillanas de amor creo que merecería un apartado especial. Aquí concretamente nos habla de una parte fundamental del rostro femenino, los ojos. Ojos verdes, para ser más exactos. Martín Vega y Moya en la autoría.

Pero sígueme mirando siempre con tus ojos verdes.


CARAVANA ROCIERA.- Esta sevillana es realmente preciosa y su letra resultó algo fresco y original en su momento, narrándonos las tribulaciones de un alcalde de carretas y de un carretero ante un incidente de los muchos que pueden ocurrir y de hecho ocurren durante el camino rociero. Un buey se hiere una pata y la caravana tiene que pararse.


Oíganla, que ésto es canela fina. Paulino y Moya ¿Quiénes si no?


NOCHE DE AMOR.- Otra sevillana de amor, pero no otra sevillana más, sino una auténtica preciosidad. Pónganse en situación: Vega de Triana, luna de mayo, fuego en los ojos...y el Guadalquivir dormido.


Diego Ibáñez y Moya. Si la letra es bonita, la música ni les cuento. Compruébenlo ustedes mismos.


ALMONTEÑO JOSÉ.- Esta sevillana está dedicada a alguien real, y lo sé porque los propios Manuel y Faustino Cabello así nos lo dijeron en una reciente reunión en la bodega de Baldomero en Pañoleta, aunque no pudimos obtener muchos más detalles de José. Sea como sea, ésta es una de esas sevillanas que llega al alma. Una persona, ahora sabemos que real, entregado a la Virgen durante todo el año, pero especialmente esa noche de lunes en que, como fiel centinela, se agarra a los varales de su Virgen “pa que nadie le haga daño, pa que no le pase ná”.


Nuevamente el dúo extraordinario: Paulino y Moya.


OTRA VEZ LA PRIMAVERA.- ¿Y esta sevillana, dónde la dejamos? Vaya cosa bonita, de verdad, esta llegada de la primavera otra vez; y otra vez como tantas otras fueron y tantas otras serán, los rocieros se echan al camino. Vuelven a la senda marismeña simpecados y carretas y la gente rociera otra vez se va al Rocío.

Paulino y Moya. Y otra vez esa primavera que ojalá sigamos viendo llegar muchos años más.

¿ Han ído contando? Nada mas y nada menos que seis sevillanas de Los romeros este año, que es tan sólo el preludio de lo que está por venir.


CUANDO SE DICE TRIANA.- Les traigo aquí una sevillana de Los rocieros que también grabó ese mismo año el gran Diego de los Reyes.

Una gran sevillana de Los rocieros que ese año pegaron el mayor pelotazo de su carrera con el desamor, sevillana que ya vimos en el apartado sevillanas míticas. 

 

Esta “cuando se dice Triana” es una sevillana más de las muchas que a lo largo de la historia se le han dedicado al barrio sevillano más singular y conocido, Triana.

Cuando se dice Triana, se dice canela fina.


ESTOY ENAMORAO.- En el disco de 1,981 de Los de la Trocha había varias sevillanas que merecen destacarse, pero para mi gusto las expondré mejor en el apartado de sevillanas incomprendidas, en su momento.

Esta sevlilana que les traigo era la pista 1 del disco y como tal recibió una amplia divulgalción en su comercialización por lo que pasó por ser la más destacada de aquel disco, no obstante tener, desde mi punto de vista, sevillanas mejores que ésta, como por ejemplo, “A lo verde no miro” o “Mira, Manuela mía”.


Nuevas caras en un grupo al que ya había dejado de pertenecer tres años atrás Manuel Bernal.


Cierro definitivamente este año 1.981 que, como ustedes han podido comprobar, ha resultado tan amplio y exquisito como les anuncié Pero si les ha sabido a poco no se preocupen, porque la década no ha hecho más que empezar y aún quedan por venir sevillanas grandes; y de hecho serán tantas y tan grandes que necesitaremos tiempo para desarrollarlas. Tengan paciencia, porque es que además tengo que escribir sobre el otro tema de que versa este blog: Nuestra incomparable Sevilla en aquellos años de mi niñez.

Gracias por leerme.


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