La
televisión comenzó a emitir en España en 1.956. Sin embargo, mis
recuerdos sobre los primeros aparatos de televisión que vi se
remontan a bastante tiempo después, concretamente a 1.964-65.
Y
es que un aparato de televisión antes de la segunda mitad de los 60
no estaba al alcance del común de los ciudadanos. Es por ello que mi
primer recuerdo de un aparato de ese tipo es el correspondiente al
existente en una peña en la calle Reyes Católicos, peña privada en
la que evidentemente no podían entrar los que no fueran socios, pero
alguna que otra vez podía algún chiquillo colarse y quedarse
extasiado unos segundos ante aquel aparato que emitía imágenes al
igual que en un cine; pero sólo hasta que detectaban tu presencia y
te echaban.
A
partir de esa fecha antedicha comenzaron a verse más televisores en
las casas. Por un lado puede que sus precios bajaran como suele
ocurrir con toda la tecnología cuando ya lleva un tiempo en el
mercado y por otro los comerciantes comenzaron a dar cómodos plazos
a quien quisiera adquirir un aparato de televisión. Eran tiempos en
que los créditos al consumo los asumían los propios comerciantes en
vez de los bancos; cosa ésta que seguramente resultaba mucho más
gravosa para el comprador, ya que los intereses que aplicaba el
comerciante debían de ser bastante altos, pero la ventaja residía en
que el criterio del comerciante para conceder el préstamo distaba
mucho de tener la dureza que los bancos emplean, por lo que
prácticamente cualquiera era susceptible de poder entramparse.
Pese
a esto que digo, en mi casa no hubo un televisor hasta finales de la
década. Mientras tanto, se veía la televisión sólo
ocasionalmente y en la casa de algún vecino. Éste era un fenómeno
gracioso: El primer vecino de la casa que adquiría un televisor
solía invitar a la gente a su casa cuando quisiera ir a verlo, lo
cual era seguramente más una fórmula de cortesía que ninguna otra
cosa, pero la gente curiosamente tomaba la palabra y por las noches,
pertrechada de su propia silla, se presentaba en la casa del
afortunado poseedor del aparato. A decir verdad, no era todas las
noches, pero sí cuando había algún programa que te interesaba, de
forma que una noche por un vecino, otra por otro, no había ni una en
la que el propietario pudiera disfrutar de su televisor a solas con su
familia.
De
aquella televisión en blanco y negro salieron emisiones diversas,
que a mi hoy en día me parecen entrañables y que a cualquier
persona más joven le parecerán enormes bodrios. Probablemente lo
eran, pero cuando uno es un niño y se está ante un invento tan
fascinante como la televisión cualquier cosa que emitiera podía ser
interesante; seguramente nada interesante para un niño del siglo
XXI, pero altamente interesante para un niño en los años 60.
Detallo a continuación algunos de los programas que recuerdo.
INFANTILES.-
No es que hubiera muchos, y sobre todo, teniendo en cuenta que yo no
tuve televisión propia hasta 1.969 cuando ya era algo más que un
niño, no puedo hablar mucho de ellos. Sin embargo si que pude ver en
ocasiones en casa de un familiar un programa que emitían por las
tardes donde intervenían una seria de alocados personajes llamados
genéricamente Los chiripitifláuticos, cuyos componentes eran el
Capitán Tan, Locomotoro , Valentina y el tío Aquiles.
También
recuerdo a una señora llamada Herta Frankel con su perrita Marilín,
acompañada de Franz Johan; pero lo que no recuerdo es si intervenían
en Los chiripitifláuticos o era en otro programa.
MUSICALES.-
Recuerdo uno titulado Escala en hi-fi, que tuvo gran éxito pese a
no
ser un musical al uso, ya que eran actores quienes mediante la
técnica del play back (¡qué cosas! Esto ya existía en aquellos
años) interpretaban éxitos del momento.
Aunque
no recuerdo los títulos de otros, si que recuerdo que había
programas, especialmente los sábados por las noches, en los que
intervenían los grandes intérpretes del momento, si bien, hasta que
se produjo la apertura al exterior la mayoría eran intérpretes
españoles; bien folclóricas o ñoñerías tipo Raphael y Karina.
MAGAZINES.-
Todos los domingos solía haber un programa de este tipo, en el que
se mezclaban actuaciones de muchos artistas con concursos,
entrevistas y cualquier otro tipo de animación. Recuerdo algunos
como Gran Parada, Tarde para todos o Todo es posible en Domingo.
También
tuvo gran popularidad un programa de sobremesa titulado La casa de
los Martínez, programa que semejaba una casa de una familia, Los
Martínez, que no obstante era de puertas abiertas y deambulaban por
ella todo tipo de personajes famosos a los que se entrevistaba alrededor de una mesa camilla. Como ustedes verán esto de la mesa camilla no lo inventaron determinadas folclóricas que hicieron un programa posterior.
Por
último, uno que causó gran sensación entre las féminas fue Reina
por un día, en el que una señora anónima era agasajada por un día
como si de una reina se tratara, cosa que hoy a lo mejor no es tan impactante, pero en aquellos años 60, a falta aún de programas basura, era un gran aliciente para las sufridoras amas de casa que podían de esa forma soñar en que quizás algún día podría tocarle a ellas.
Pongo
fin de momento a la reseña de estos programas antiguos de
televisión, pero les emplazo para el próximo artículo donde
terminaré de darles la tabarra con más cosas como éstas.
0 comentarios:
Publicar un comentario