jueves, septiembre 15, 2011

SE PERDIERON TANTAS COSAS (IX)

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LOS BÚCAROS.- La gran alternativa de aquellos años para mantener el agua fresquita era el búcaro.

Recuerdo de forma diáfana el ritual necesario para hacer que el búcaro, después de comprado (normalmente en una tienda de cerámica de Antillano Campos), pudiera cumplir su cometido enfriador durante todo el verano. Era necesario enjuagarlo muy bien, llenarlo y dejarlo sudar durante 24 horas, a partir de las cuales ya se podía usar. Esto había que hacerlo para que el primer sudor del búcaro arrastrara sedimentos tanto del exterior como del interior.



El caso es que el misterio no era tal. El búcaro mantenía el agua fresquita (que no fría) por un mecanismo natural parecido al sudor humano. Como todo el mundo sabe nuestro cuerpo cuando se caliente se refrigera gracias al sudor, y ese es el mismo principio del búcaro, el cual suda y gracias a eso mantiene fresquito su”organismo” y lo que haya dentro, normalmente agua. Tanto era el sudor que el búcaro tenía que estar siempre sobre un plato hondo para que fuera recogiendo el agua que sudaba.

¿Cómo? ¿No sabe Vd. lo que es un búcaro? Bueno, ahí les he dejado una foto, pero probablemente es que en su tierra le llamen botijo.
  
EL ESCRIBIR CARTAS.- Si nuestros clásicos de la Edad de Oro con su inaudita fecundidad y su afilada pluma hubieran dispuesto de un ordenador, probablemente la historia de nuestra literatura no sería la misma. Pero ellos tuvieron que armarse de papel y pluma de …¿ganso? ¿oca? y una enorme paciencia para dejarnos escritas sus obras.


A nosotros, cincuentones, sesentones, setentones y octogenarios no nos fue tan dificultoso escribir gracias a los bolígrafos, pero igualmente tuvimos que sentarnos ante el papel a estrujarnos los sesos pensando qué escribir. “Queridos padres. Al recibo de la presente espero os encontréis bien, yo bien a Dios gracias”,o bien “Queridísima mía, no sabes cuanto te añoro y te deseo. Te quiero”

¿Es cursi esto último? Pues por cursi que parezca me gustaría saber cuántos de los que hicieron el servicio militar no escribieron esto o cosas similares a sus novias.

“Afortunadamente” tantas modernidades hacen hoy mucho más fácil la escritura. Verdad k si tronco¿  En vez del “Queridísima mía, no sabes cuanto te añoro y te deseo. Te quiero”, hoy “mola” más algo así como  “Toy x ti y x tus huesos tronka. Vamo al ktre”
  
LA MILI.- Cuántas madres habrán llorado la partida de su hijo de su alma a tierras africanas, y con gran amor y dedicación llenaron hasta ya no caber ni un alfiler el petate de embutidos y latas para paliar “el hambre que va a pasar el pobrecito, que dicen que en la mili se come muy mal”

Yo hice la mili en Äfrica, y en realidad nadie se moría de hambre ni de ninguna otra cosa que no fuera las ganas de licenciarse. Pero lo que sí es cierto es que eran momentos entrañables (más allá de buenos o malos) los que se vivían en la ”mili”.


También se perdió la mili. Alguien decidió algún día que nuestros por lo general ociosos jóvenes están mucho mejor haciendo botellonas que recibiendo su buena dosis de disciplina. Cosas del estado de bienestar.

LOS VIZCOS.- Las personas vizcas es una de las cosas que afortunadamente se han perdido. Afortunadamente para ellos, ya que tenían que cargar con ese defecto físico nada agradable, que si ya de por sí debía de serles muy desagradable mirarse al espejo, lo era mucho más en el caso de los niños, que tenían que aguantar las chanzas de sus compañeros malvados. Y si intentaban remediarlo la chanza era aun peor, ya que el tratamiento era un artilugio de color negro que le tapaba totalmente un ojo, salvo por un pequeño agujerito en el extremo, que servía para forzar al ojo a mirar de frente. Realmente no sé si estos artilugios eran efectivos, porque si alguna vez ví a alguien llevarlo, generalmente después de quitárselo seguía igual de vizco, creo recordar.

Hoy ya no se ven. Un logro más de la medicina moderna.

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