jueves, agosto 05, 2010

SACA EL WHISKY CHELY...

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Para el personal, que vamos a hacer un guateque.

El guateque, que tan famoso se haría en los años 70 y 80, y que ha caído en desuso hoy en día sustituido por la fiesta (ya nadie dice vamos a un guateque, sino vamos a una fiesta), tiene su origen en la segunda mitad de los años 60 y comenzó siendo tan sólo un escape de la juventud de aquella época para oír la música moderna emergente, y de alguna manera ir reivindicando ante sus mayores el deseo de cambio en muchos aspectos. Téngase en cuenta que en aquellos años dejarse el pelo largo al estilo Beatles, por ejemplo, no era del todo bien visto por la sociedad y seguramente muchos cincuentones y sesentones de hoy en día podrán contar broncas apocalípticas con sus padres por este asunto. De igual modo, la música movida se consideraba provocativa, y en especial no se veía bien que las chicas bailaran esos bailes con tanto movimiento que necesariamente resultaba provocativo a los hombres.

En un ambiente tan opresivo como el descrito, los guateques tuvieron que nacer necesariamente de forma poco escandalosa, con toda naturalidad. Solían hacerse principalmente en los anocheceres  de verano en la azotea de la casa de algún amigo/a, convenientemente iluminada, y teniendo por bebida refrescos o a lo sumo sangría preparada por la madre del/la propietario/a de la casa, la cual hacía su aparición muchas veces a lo largo del festejo para asegurarse de que no faltaba nada y preguntar si hacía falta algo, aunque su verdadera intención era cuidar por la moral y las buenas costumbres, de forma que si alguna pareja se estaba arrimando más de la cuenta en un baile lento, inmediatamente que la señora en cuestión aparecía se retiraban como autómatas. Si la casa era de una chica también solía estar por allí algún  hermano celoso de la virtud de su hermana, vigilante a todo. Lo peor es que en la gran mayoría de ocasiones la presencia de la madre y hermano era innecesaria, ya que las chicas de aquel tiempo estaban adiestradas sobre cómo mantener a raya a su pareja de baile, y eran auténticas maestras en el arte de aguantarte poniendo sus manos y brazos en tu pecho para empujarte levemente si intentabas demasiado acercamiento. También eran capaces de mantener esa presión sobre tu pecho con una sola mano, si tenían que dejar libre la otra para pararte la mano que bajaba de la línea de su cintura.  

Ni que decir tiene que el protagonismo principal de aquellos guateques se lo llevaba la música, que sonaba en uno de aquellos antiguos picús que alguien llevaba para la ocasión, el cual era utilizado por el desocupado de turno. Siempre se ha asociado la figura del pinchadiscos con alguien gordito y poco agraciado que no ligaba ni a tiros; no voy a intentar rebatirlo pero yo no lo recuerdo así, sino que en realidad siempre había alguien que le gustaba demostrar que era un entendido en música, aunque puede que a la vez que entendido en música fuera también tímido con las chicas, que eso de la timidez si bien está presente en todas las épocas, en aquella en que la chicas parecían sargentos si no ibas con intenciones matrimoniales, era un auténtico suplicio.

La música podía ser muy rápida (el twist era lo más rápido que sonaba en aquella época y el rock con Elvis a la cabeza), rápida y lenta. Los chicos siempre estábamos esperando que al pinchadiscos de los c….se le ocurriera poner música lenta, cosa que a nosotros nos parecía que no hacía con mucha frecuencia quizás porque le daba rabia ver como los demás bailaban. El caso es que cuando la música lenta sonaba, comenzabas a bailar e intentabas arrimarte sin éxito a la chica de turno, todas las sensaciones se disparaban; el olor, la proximidad, el tacto, la vista. Pensando en todo esto muchos años después y a la vista  de las facilidades sexuales de la que los jóvenes gozan hoy en día, nosotros los que ya somos casi ancianos tenemos la sensación de que aquello era mucho más bonito y que la juventud de ahora se está perdiendo algo con tanta permisividad.

Canciones para el recuerdo de aquellos años:

Noches de blanco satén.- The Moody blus




Rain and tearns.- Aphrodite´s Child

Mis manos en tu cintura.- Salvatore Adamo



Monday Monday.- The Mamas & the Papas

Besos más dulces que el vino.- Jimmie Rodgers




A estas canciones reseñadas les tengo un cariño especial. Sería imposible relacionar aquí tantas  y tantas canciones como aparecieron en aquella época, por eso sólo le voy a rendir un pequeño homenaje a los grupos y solistas que más sonaban en los guateques, además de los ya reseñados.

Los Bravos, Los Brincos. Los Canarios, Los Sirex, Los Mustang, Los Angeles, Pekenikes, Los salvajes, The animals, The Beach boys, The Bee gees, The Shadows, Simon &Garfunkel, Lone Star, Micky y los tonis, The Monkees, Four Tops, y los imprescindibles Beatles y Rolling Stones, así como los españoles Dúo Dinámico. Tampoco faltaba música bullanguera como la de Karina y su baúl y los incombustibles Raphael y Julio Iglesias, pero los más apreciados por los chicos eran Adamo y Matt Monro, cuyas canciones invitaban al romanticismo, y cualquier ocasión de arrimarse era bienvenida siempre.

En fin, como Vds. fácilmente pueden ver, todos ellos mitos de la música hoy en día.




Esto que les cuento era en un tiempo en que las discotecas todavía no habían comenzado a aparecer en Sevilla. De hecho en esta época comenzaron a aparecer los llamados “bailes”. De estos bailes y de las discotecas hablaré en breve.

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