sábado, agosto 21, 2010

DOMINGO. DIA GRANDE(I)

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Mañana es Domingo y se casa Respingo. Indefectiblemente siempre alguien añadía "con una gitana que tiene dos tetas como dos campanas”.

El dicho en sí, que merecía estar en mi apartado “Ya no se dice, ya no se escucha”, lo traigo aquí por venir a cuento, ya que es de los domingos de antaño de lo que voy a escribir hoy, y en especial de sus tardes.

Independientemente del significado de este dicho, que yo no sé ni creo que nadie sepa a ciencia cierta si Respingo era un personaje real al igual que la gitana de enormes tetas, lo que si sé es que este dicho se solía emplear los sábados para poner énfasis en el glorioso día que se avecinaba, y esto era así porque en los años 50 y 60 el Domingo era el único día de descanso que los trabajadores tenían en la semana. Si, no se extrañen; en aquella época se trabajaba los sábados tanto en las oficinas como en los comercios, y no había puentes, ni zarandajas, ni sábados sabadetes. Los únicos días en que los ciudadanos podían eludir sus obligaciones laborales eran los domingos y fiestas de guardar. Por ello es normal que el séptimo día de la semana fuera algo muy preciado, y que se anunciara con énfasis su llegada el día anterior.

Los domingos en aquellos años eran por regla general bastante aburridos. Las mañanas solían emplearse en pasear e ir a misa, y si acaso visitar a algún que otro familiar. Las tardes eran otra cosa: evidentemente en ocasiones se salía bien a pasear o al cine, pero generalmente, las tardes de domingo se pasaban en casa, y en ellas el principal protagonista era el aparato de radio, y en él todo aficionado al fútbol tenía una cita con la cadena Ser y su famoso programa Carrusel Deportivo.

Eran años en que los ídolos futbolísticos sólo se mostraban ante los aficionados en las estampas, no como hoy en que Messi y Cristiano Ronaldo (sólo los nombro como ejemplo por ser los más famosos) se te cuelan a diario en casa a través del televisor, bien como protagonistas de alguna noticia deportiva, como anunciadores de algún producto, o incluso a veces como protagonistas de algún culebrón del corazón.

No, en aquellos años sólo quedaba el recurso de encender tu radio, y esperar a oír la característica música del carrusel, que curiosamente era la de una célebre marcha americana. El conductor del programa, Vicente Marco, un locutor legendario hoy en día en la cadena Ser, acompañado del no menos legendario Joaquín Prats, se encargaba de ir conectando campo por campo con los distintos corresponsales, para saber las alineaciones de los equipos, lances del partido, y sobre todo los goles, la auténtica salsa del espectáculo. Algo que hoy en día es normal en muchas cadenas de radio, era sin duda una labor ciclópea en aquellos años.


(VICENTE MARCO ANTE UN MICRÓFONO DE LA CADENA SER)

Para mi eran realmente fascinantes aquellas conexiones en las que un corresponsal te confirmaba que aquellos que tu sólo conocías por estampas eran personajes reales y que saltaban al campo en aquel momento, o hacían ejercicios de calentamiento o intercambiaban banderines.

Aparte del mítico Paco Ortiz en la Romareda, Aurelio de la Viesca en Cádiz y Juan Tribuna en el Sánchez Pizjuán o el Benito Villamarín, me es difícil recordar otros comentaristas, aunque sí que recuerdo con una claridad meridiana los estadios, incluso los ya desaparecidos como el Metropolitano, el Luis Sitjar, el José de Zorrilla, Los Cármenes, Atocha o el Sadar, y otros que supongo que seguirán en pie aunque no suelen ser ahora asiduos de la primera división como el Carlos Tartiere, Altabix, El Arcángel, El Insular. La Creu alta, La Condomina  o Pasarón.

Sobre el césped, 22 hombres (que en aquella época no había sustituciones), protagonistas del mayor espectáculo deportivo de nuestros días así como del siglo XX. 22 hombres que domingo tras domingo reinterpretaban, ayer igual que hoy, un papel de una obra representada por primera vez en nuestro país en tierras onubenses de la mano de ciudadanos ingleses. De ellos hablaré en mi próxima entrega, de esos futbolistas de los años 50 y 60 que ni salían por televisión ni ganaban fabulosas cifras millonarias.

El circo es conocido como el mayor espectáculo del mundo. Sin embargo, todos sabemos que el mayor espectáculo del mundo es el fútbol. Ayer igual que hoy.

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