Y
llegamos ya al fin de 1.983 y como les dije en mi anterior escrito he
reservado lo mejor para esta ocasión. Es una especie de traca final
con sevillanas tan grandes que todas ellas hubieran merecido el ser
incluidas en mi apartado de sevillanas míticas, pero lo que de
verdad me preocupa es las que dejo atrás, aquellas que también
componían el disco de 1.983 de Los marismeños y Los romeros de la
Puebla, que no les voy a traer hasta este apartado. Pero bueno, vamos
con las que he considerado imprescindibles.
ESE
LUNES DEL ROCÍO,. Esta sevillana abría el disco de Los marismeños,
sevillana que además daba nombre genérico al disco. Narra las
sensaciones que sucesivamente va experimentado un rociero agarrado a
los varales de su Virgen. Lágrimas de emoción, amor y fe verdadera,
sueño hecho realidad, la falta de fuerzas por el esfuerzo, los ojos
nublados, la asfixia... Una sevillana grande con un tema grande.
Eduardo Fernández Jurado
y Juanini fueron el dúo que dio vida a esta sevillana. Un dúo
ciertamente grande, ya que suyas fueron muchas de las grandes
composiciones de Los marismeños en aquellos años.
UNA
ORACION ROCIERA .- Esta sevillana ha traspasado los límites de las
sevillanas antológicas y si no la incluí en su día entre las
míticas fue por un fallo imperdonable por mi parte.
Se
trata de una oración rociera dedicada a un rociero, de un hijo a su
padre. Y aunque el tema central sea el Rocío y las sensaciones
rocieras de un hijo que recuerda los Rocíos pasados con su padre ya
fallecido, estoy seguro de que puede verse reflejados en ella
cualquier hombre que recuerde los detalles de toda una vida que le
unieron a su padre,
Quien
le enseñó el camino, quien le enseñó a vestirse, quien le contaba
que un cazador la encontró en una encina, quien le enseñó la
Salve, quien lloró agarrado a la reja con lágrimas que su hijo no
entendía, quien lo metió bajo el paso...Dos hombres iguales.
Sin
duda Feliciano Pérez, el autor y compositor de esta sevillana se
cubrió de gloria con ella. Óiganla, porque ésta es una sevillana
grandiosa; pero grandiosa de verdad.
AL
LLEGAR LA AURORA.- También de Feliciano Pérez es esta sevillana de
temática rociera, que narra cómo Andalucía vive y se prepara para
su romería...Cuando llega Mayo.
A
mí personalmente me encanta esta sevillana y aunque soy consciente
de que puede no tener la grandeza de la anterior, tengo que
recomendarles encarecidamente que la oigan y vean si les parece tan
bonita como a mí.
MI
BARCA VIVIO DE AMORES.- Esta otra sevillana, que es la última de Los
marismeños que les traigo, tiene una peculiaridad muy especial. El
dúo Jurado Juanini es, al igual que en la primera, el dúo que la
alumbró, pero José Manuel Moya también debió de poner su granito
de arena ya que la autoría es compartida por los tres
Seguramente
todos nosotros hemos, en algún momento de nuestra vida, querido algo
tanto que incluso hemos llegado a pensar que tiene vida propia y
sentimientos. Ése es el argumento de esta sevillana, en el que un
pescador habla de su barca, varada en la arena y de cómo durante su
inactividad forzada vivió un romance de amor con las olas de la mar,
que la besaban al pasar.
¡Qué
sevillana tan bonita y sin embargo tan poco conocida! Aquí se la
dejo.
TODO
TERMINA EN LA VIDA.- Sevillanas de Diego Ibáñez y José Manuel
Moya, de gran éxito en 1.983 y que curiosamente es una sevillana que
Los romeros nombran en su sevillana de despedida, “Cantando decimos
adios”.
Es
ésta la historia de un amor que se rompe. El canto amargo de un
amante al que han traicionado y dice adios, Hoy nuestro amor se
acabó, se lo llevó para siempre el viento de tu traición.
¡Grandes
Los romeros!
TABERNERO.-
Nuevamente Diego Ibáñez y Moya y nuevamente un amante despechado,
sólo que éste pretende aliviar su pena con la bebida. Tabernero,
echa otra ronda de vino, que vengo herido de amores y me faltan ya
las fuerzas.
Sevillana
muy alegre donde las voces de Los romeros, en pleno auge, destacan
con gran
sensación de poderío y conjunción.
LA
APUESTA.- Esta sevillana abría la cara B del disco y de nuevo su
autoría se la adjudican al alimón Diego Ibáñez y José Manuel
Moya.
Una
porfía, una apuesta tabernaria de que tú a mis encantos te
rendirías. Una sevillana de esas que dejan huella. Y al final, cara
pagué la apuesta.
TÚ
ME HACES LLORAR.- Esta
última sevillana que les traigo, letra del padre Quevedo y música
de Moya (al igual que la primera sevillana de la cara A, “Tengo en
mi casa un tambor” que no les he traído en este escrito porque ya
la incluí en en el apartado sevillanas míticas), es una de esas
pocas sevillanas muy grandes y que sin embargo la gente no termina de
identificar por su verdadero nombre. Ahora, si usted dice
“Por Córdoba pasa el río” ya todo el mundo sabe de lo que
hablamos.
Una
sevillana preciosa. Si un día por mala suerte, cieguecito me
quedara, mejor querría la muerte, que estar cerca de tu cara y mirar
sin poder verte. La verdad es que el padre Quevedo escribe unas cosas
que ponen los vellos de punta.
Espero
que hayan disfrutado de la reseña de sevillanas antológicas
correspondiente a 1.983. Pronto les escribiré sobre las de 1.984,
aunque antes le daré un poco de cancha al apartado más cosas que se
perdieron.
Gracias
a todos mis lectores. Seguimos en la brecha.
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