martes, julio 31, 2012

PROFESIONES Y OCUPACIONES PERDIDAS (III)

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LADRILLEROS.- Seguramente vd. me dirá que es fácil hacer ladrillos. Es más, si vd. visita hoy una moderna fábrica de ladrillos se ratificará en ello. Pero no hace tantos años en realidad, (50-60), los ladrillos eran de barro y se hacían a mano. Todavía hace pocos años, se veían en los terrenos de la antigua vega chimeneas de algún tejar.

En la vega de Triana se erigían numerosos tejares, en los que los hombres que allí trabajaban hacían jornadas de largas horas, cuantas más mejor, ya que trabajaban a destajo y se les pagaba a tanto el millar de ladrillos hecho. 


Se trataba de un trabajo realmente penoso, ya que había que efectuarlo en cuclillas y mojándose los pies, toda vez que la materia prima necesaria era tierra y agua, y no estaban en alto precisamente.

Un trabajo de los muchos duros que había en la época de mi niñez, y ante el que hoy caería ringado en pocas horas el 99,99% de nosotros. Aquí queda mi recuerdo

LA VEGA DE TRIANA
Esta foto está obtenida del blog http://trianerias.blogspot.com.es

AGUADORES- Aunque desde que tengo uso de razón en mi casa había agua corriente que salía de un único grifo en la cocina, está en mi recuerdo la imagen de un aguador que llevaba el agua en una cuba o pipa sobre un carro con ruedas tirado por un borriquillo. 


Probablemente vds. pensarán que me equivoco; que esa imagen debía de corresponder a los años 30 ó 40 como poco y no debiera de estar pues en mis recuerdos. Sin embargo, al final de los años 50 y/o principios de los 60 yo he visto esa imagen, concretamente en el Cerro del Águila, barrio en el que vivían unos familiares míos, y por tanto es seguro que a ese barrio, hoy en día un barrio añejo de nuestra capital, no llegaba el agua corriente en aquellos años.

BARQUILLEROS.- “Al rico parisié, los barquillos de canela”.
Así pregonaban los barquilleros su producto, y en realidad aunque hoy en día no se ven (yo al menos no los veo), no hace tanto que desaparecieron de nuestras calles, y aún menos de nuestro Parque, donde hace tan sólo 30 años alegraban el paladar de los niños a los que sus padres llevaban a pasear por tan incomparable escenario.


No creo que sea necesario que aclare a nadie lo que era un parisié y un barquillo. Es más, seguramente hoy en día, aunque yo no sepa dónde, todavía pueden comprarse y degustarse. Probablemente todavía queden algunos barquilleros vendiendo la mercancía que transportaban en aquel recipiente que les caracterizaba, alto y redondo, coronado por una especia de ruleta que seguramente sirvió en tiempos para sortear los barquillos al igual que en mi infancia había sorteadores de pasteles.

BETUNEROS.- Ocasionalmente, en la semana de Feria sobre todo y pululando por los bares cercanos a la Maestranza, verá vd. todavía hoy en día algunos betuneros, en su mayoría venidos de otras localidades para aprovechar el bullicio de esos días, o simplemente foráneos necesitados que se arman de la tradicional caja, cepillo, trapo y betún para sacar algún dinero en los días de más demanda. Nada que ver con los betuneros antiguos, profesionales dedicados en exclusiva a ello.

En realidad, la de betunero era una profesión no muy bien vista, aunque en muchos casos, apreciada por los clientes que se servían de ella habitualmente. 


Además, el oficio de betunero estaba en el punto de mira de los detractores del régimen, que decían que eso de que un hombre se tuviera que agachar para limpiarle los zapatos a otros era denigrante y no pasaba en la URSS; claro que... En la URSSS, hoy lo sabemos, pasaban otras cosas.

Lo cierto y verdad es que el oficio de betunero era un oficio como cualquier otro, y todavía me recreo con el recuerdo de las manos hábiles del betunero desempeñando su tarea o con el sonido característico que el cepillo hacía contra la palma de su mano cuando se lo cambiaba de una a otra.

Aunque Agosto me lo voy a tomar con tranquilidad, no se vayan. ¡Sigo por aquí!

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