domingo, septiembre 09, 2012

PROFESIONES Y OCUPACIONES PERDIDAS (IV)

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VENDEDOR DE NIEVE.- Cuando yo era un niño no habían (mejor dicho, no se veían) frigoríficos. Pero sí que a principios de los años 60 apareció en muchas casas una suerte de electrodoméstico que se dio en llamar nevera.

La nevera era un mueble parecido a un frigorífico, pero tenía el inconveniente de que no generaba frío por sí sola, sino que era necesario alimentarla de hielo; bueno, más que de hielo... de nieve. Y aquí es donde entraba en acción el vendedor de nieve, que normalmente iban en pareja. La nieve, en grandes barras paralelepípedas la llevaban en un camión apto para conservarlas más tiempo. No recuerdo bien si anunciaban su llegada mediante la bocina del vehículo o de cualquier otra forma, pero lo que sí recuerdo es a las mujeres provistas de un cubo para transportar el trozo de nieve que habían comprado, cosa que no era necesaria cuando se compraba una barra entera, ya que entonces uno de los hombres, ayudado por el otro, cargaba sobre su hombro (protegido por una tela de saco) la barra de nieve y la llevaba a su destino.


Fenomenal recuerdo del gancho que servía a aquellos hombres para manejar las resbaladizas barras, clavándolo en ellas con fuerza; y del punzón con que, a base de fuertes golpes, partían la barra por la parte que les interesaba para vender el trozo que les había demando la clienta.

ZAPATERO REMENDÓN.- Se ha perdido este oficio tan característico de aquellos años, y no es de extrañar, ya que hoy en día la gente compra zapatos como si cualquier cosa, y si por casualidad se rompen por algún sitio, pues nada, a la basura y a comprarse otros.

Bien es cierto que hoy en día todavía hay gente que arregla sus zapatos. Tacones rotos o despegados, medias suelas y suelas enteras es lo que más lleva la gente a arreglar hoy en día; nada que ver con aquella pila de zapatos que podía verse en la zapatería de cualquier zapatero remendón en los años 50-60, en la que el más joven de los apilados hubiera podido contar sus andanzas por mil caminos distintos.

Los zapateros remendones tenían trabajo en aquella época. Yunque de zapatero, martillo, puntillas muy diversas, un bote de lata con cola para pegar, una brocha para tal menester y alguna que otra horma eran sus herramientas cotidianas.

Sentado, afanado en su tarea, clavando puntillas con la maestría que da la práctica, encolando...¿Quién de aquella época no se ha parado alguna vez ante un zapatero para contemplar de qué forma lograba hacer de un zapato maltrecho un zapato apto para seguir caminando? 

Foto obtenida de http://trianaenlared.blogspot.com.es/2011/01/triana-en-el-objetivo-de-holgado-brenes_27.html

No creo que nadie por gusto se pare hoy ante uno de esos establecimientos que arreglan zapatos, como no sea para hacer una copia de llave, que ya se sabe que estos señores hacen otras muchas cosas además de arreglar zapatos.


BARBERO.-Es evidente que yo no he conocido la esencia del típico barbero antiguo, que igual te rapaba unas barbas que te hacía una sangría; pero si que conocí a aquellos últimos barberos y sus barberías, oficio sin duda parecido al de hoy en día aunque ahora se llamen peluqueros, y peluquerías los locales donde ejercen su ministerio.

De aquellas barberías me quedo con el típico sillón de barbero, sobre el que el barbero colocaba un banquito cuando se trataba de pelar a un niño. Y me quedo también con el recuerdo de aquella brocha espumosa y de la navaja que, no sin cierto escalofrío, veíamos resbalar sobre la piel facial del cliente.


En alguna ocasión me afeité en una de aquellas barberías, y la verdad es que no es extraño que el servicio de afeitado haya desaparecido prácticamente, ya que las poderosas cuchillas de hoy en día hacen un trabajo de apurado mejor que aquellas navajas barberas, sin contar con que resultan mucho más baratas y menos peligrosas.

Hoy por hoy, hay que conformarse con las modernas peluquerías, donde cada vez que me pelo oigo al peluquero dar gracias a Dios porque la juventud se arregla el pelo con inusitada frecuencia. ¡Y pensar que en los años 60 cuando comenzó la moda impuesta por Los Beatles del pelo largo mucha gente decía que estaban abocados a desaparecer!

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