viernes, diciembre 20, 2013

¡UNA DE PELÍCULAS Y OTRA DE ACTORES!

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Una retrospectiva hacia el cine de los años 50-60 ofrecerá, para la mayoría de la gente, un resultado muy desigual. Al igual que ha ocurrido en todos los ámbitos tecnológicos, el cine también ha evolucionado desde entonces a un ritmo vertiginoso y como consecuencia de ello las películas de aquella época parecen auténticas antiguallas ante las de nuestra época actual.

                                    


Sin embargo, lo antiguo sigue teniendo un aura de grandeza para mucha gente, y en el cine ocurre ésto especialmente. Las películas antiguas tienen su principal público actual en los coleccionistas y en los amantes del género que beben en las fuentes de la historia, y aunque yo no soy ni una cosa ni otra ni me gusta especialmente el cine, si que me extasío a veces ante las películas antiguas, especialmente las de mi época de niño en la que, como a todo infante, el cine me fascinaba.

Al igual que supongo ocurre hoy en día, las películas ganaban en valor antes de ser vistas según sus intérpretes. En los años 50 y 60 los héroes todavía no necesitaban ser guapos, y aunque sí que había algunos guaperas, los protagonistas de películas de acción eran hombres de los de pelo en pecho: Kirk Douglas, Anthony Quinn, Jhon Wayne, Burt Lancaster, Gary Cooper, Frank Sinatra, Dean Martin, Charlton Heston, Lee J. Cob, Yul Brinner, Glenn Ford, James Mason, Mel Ferrer, Fred Mac Murray, Robert Ryan, Robert Mitchum, Humphey Bogart, Charles Bronson. Steve Macqueen y el pequeñito pero gran actor Edward G. Robinson... Todos éstos y otros más, pese a no ser guaperas eran sinónimo por lo general de buena película.

                                      


Luego estaban los guaperas oficiales, con dos actores a la cabeza, Paul Newman y Rock Hudson, aunque en Europa no deberíamos de olvidar a Alain Delon. Otros intérpretes singulares de entre los guapetones eran Gary Crant, Tony Curtis, el malogrado James Dean. Errol Flyn, Gregory Peck,Tirone Power, Clark Cable, Robert Taylor y aunque no lo parezca porque todavía está en activo, Robert Redford...

Por último estaban los actores cómicos. El más célebre en aquella época era sin duda Jerry Lewis, mientras que en Europa el gesticulante Louis de Funes hacía nuestras delicias, pero es que hablando de películas cómicas sin duda las españolas, aunque llamado cine basura, constituían una buena diversión para el españolito de a pie, especialmente por la calidad de sus actores, como José Luis López Vázquez. José Luis y Antonio Ozores, Tony Leblanc, José Isbert, Manolo Morán y otros muchos grandes del cine español a los que, afortunadamente, hoy en día se les reconoce su gran hacer en momentos tan difíciles para el cine como los de la dictadura. No quiero terminar este apartado de actores cómicos sin nombrar a Jack Lemmon, con quien me reí como nunca cuando era un muchachillo en “Con faldas y a lo loco” y posteriormente en una película que a mí me parece encantadora: “Irma la Dulce”, con Shirley Maclaine.
                       


Puede que alguna fémina que lea esto considere que algunos de los que están entre los feos deberían de estar entre los guapos. Les pido mil perdones, pero yo no soy especialista en feos y guapos y ademas puede ocurrir que a algunos de los que cito como feos yo los vi actuar cuando ya habían superado con creces las bondades de la juventud, y ya se sabe que por regla general la gente al envejecer pierde frescura. (Que me lo digan a mí).

Y hablando de féminas, mujeres de bandera eran Ava Gadner, Marilin Monroe, Elizabeth Taylor, Kim Novak, Raquel Welch... Europa no se quedaba atrás en este apartado, ya que contábamos con dos morenazas de lujo, Sofía Loren y Claudia Cardinale, mientras que entre las rubias partían la pana Brigitte Bardot y Elke Sommer: y entre las españolas sobresalían Sara Montiel y Concha Velasco por su belleza mientras que en lo cómico la inigualable voz de Gracita Morales no hacía reír a todos. Y para los niños, Marisol y Rocío Dúrcal.

                         


El resto de actrices, menos exuberantes en general, aunque no por ello peores actrices y en muchos casos todo lo contrario, eran Vivien Leiggh, Katharine Hepburn, Ingrid Bergman, Deborah Kerr, la fea prototipo de mujer malvada Bette Davis, Doris Day ( a quien vi junto con Debbie Reynolds en multitud de comedias estadounidenses), Julie Andrews, Bárbara Streisand, y la guapísima Julie Christie de quien les dejo una foto... En fin, muchas más que omito para no hacer esto demasiado extenso.

                        



¿Y las películas? Pues de aquel cine puede decirse que era ingenioso, pero los medios a su disposición lo dejan muy mal parado con respecto al cine actual. De hecho, aunque sea un cine de culto para los aficionados, el visualmente triste cine negro se veía todavía cuando yo era un niño, especialmente en los cines de verano donde incuso antes de la película era usual que echaran algún film corto de Charlot, de Gafitas o de un actor al que llamaban Jaimito, aunque estaba siendo totalmente desbancado ya por el technicolor y el cinemascope, técnicas que hoy suenan a chiste pero que eran moderrnísimas en aquellos momentos.

Puedo nombrar aquí cientos de películas, pero sería aburrirles.Por ello, sólo les dejaré algunas de las películas que me dejaron huella.” Moby Dick, la ballena blanca” con un Gregory Peck soberbio en el papel del atormentado Capitán Achab; “La gata sobre el tejado de zinc”, con Paul Newman bordando el papel de alcohólico; la ya mencionada “Con faldas y a lo loco”; “El guateque”, probablemente la película que más me hecho reír en mi vida. con el genial Peter Sellers; de entre las bélicas “La gran evasión”, con un elenco de personajes pocas veces reunidos en el cine; “La noche de los generales”, con un grandioso Peter O´toole en el papel de general nazi perturbado y asesino; “Ben-Hur”, una de las grandes de todos los tiempos sobre la que ya todo se ha escrito y por último la grandiosa "Doctor Zhivago", con Omar Shariff y Julie Christie interpretando una historia de amor imposible en la Rusia de la revolución. Bien es cierto que alguna de éstas corresponde ya a los inicios de la década de los 70.

No podemos olvidar al maestro del terror, Alfred Hitchcock, quien con su ingenio nos aterrorizaba en aquellos años, algo lejos aún las películas sangrientas y de mal gusto que vinieron después.

En cuanto a la españolas se refiere no hay mucho que salvar, pero haré una mención especial para una película con la que me reí y me sigo riendo cada vez que la veo: "Atraco a las tres". Una comedia exquisita con López Vázquez y Gracita Morales en el principio de lo que después sería una pareja artística que filmó varias películas en aquella época. Les acompañaban Cassen, Agustín González, Alfredo Landa, Manuel Alexandre, y José Orjas entre otros, mientras que la belleza la ponía una guapísima Katia Loritz.


                         


No quiero terminar sin dejar constancia del fenómeno social que representó una película que no era propiamente tal, sino más bien un documental sexual. Estábamos ya cerca de los 70, pero era tal la represión sexual de la dictadura que una película en la que podía verse el cuerpo de una mujer desnuda además de asistir en vivo y en directo a un parto humano, hizo que la gente se agolpara formando colas que no envidiaron a las de los peores tiempos del racionamiento. Estoy hablando de “Helga, el milagro de la vida”, una película que hoy en día pasaría totalmente inadvertida en las carteleras de nuestro cine pero que representó todo un fenómeno social entonces. Recuerdo que se estrenó muy cerca de mi casa, en el cine Avenida, y recuerdo también que las colas eran monumentales. Al parecer, ocurrió igual en toda España, como puede verse en esta foto de Barcelona que he rescatado de Internet

                     

Me despido. Y quiero aprovechar mi tradicional felicitación a mis lectores en este mes de Diciembre para recomendarles una película navideña encantadora, que seguramente ustedes habrán visto muchas veces, pero que se deja ver todos los años otra vez más por su grandeza cinematográfica al igual que por su ternura. Hablo de “Que bello es vivir”, con un magistral James Stewart en el papel del atribulado George Bailey y un simpático Henry Travers en el de Clarence, un ángel que quiere ganarse sus alas. Todo un clásico navideño que me da pie para enviarles mi ya tradicional y nada original mensaje:

¡FELIZ NAVIDAD!

¡FELIZ AÑO NUEVO!

                       

Pd. Aunque merecen estar en el apartado de “Se perdieron tantas cosas”, les recuerdo que se admiten aguinaldos. (Es broma). 

Nos vemos después de la fiestas.
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